sábado, 14 de febrero de 2009

Las palabras



Igual que una flor bella y de brillante color, pero sin perfume, así son de estériles las buenas palabras de quien no las pone en práctica.
Verso 51, El Dhammapada



Soy un hombre de muchas palabras. Necesito expresarme a través de las palabras, ya sea habladas, cantadas y hasta hace unos meses, descubrí que también necesitaba escribirlas. En realidad, siempre cargo con mis palabras, las produzco profusamente, ya que las necesito para afirmarme. Me apoyo en ellas como un inválido se aferra a sus muletas. No tengo alternativa, soy abogado, y no existe abogado en el mundo, que no sea esclavo de sus palabras. A pesar que asumo, avergonzado por cierto, este inevitable defecto personal de vertir palabras como cataratas, siempre he creído que más importante que la cantidad de palabras que uno diga, es que seamos conscientes de “la calidad” de nuestras palabras, es decir, si en la práctica, cumplimos con nuestra palabra empeñada, si nuestras “buenas” palabras son coherentes con nuestras acciones o si nuestras palabras pueden dar esperanza, ayudar y hacer felices a los que nos rodean.
La promesa
¿Cuántas veces nos han prometido, o hemos prometido algo?. Y cuando lo hemos hecho, ¿hemos cumplido nuestra promesa?. Cumplir promesas es muy difícil, ya que exige una gran dosis de sacrificio de nuestros propios intereses personales. En la práctica, implica un renunciamiento del propio interés, para satisfacer los intereses del “otro”, es decir, de aquella persona que espera el honramiento de nuestra promesa, con ilusión y confianza. La mayoría de las veces, en el instante mismo que estamos prometiendo, en nuestro interior, hay una voz que nos dice que es muy probable que no cumpliremos o, que en su defecto, hacerlo, nos costará mucho más de lo que creemos. Sin embargo, a pesar de todo eso, hacemos promesas, y experimentamos esa maravillosa sensación que significa “prometer”, ya que una promesa, siempre generará una sonrisa del que la recibe. Las promesas de amor, por ejemplo, son una de las más hermosas promesas, ya que cuando se dan, producen en los que las reciben, esa maravillosa sensación de saberse amados para siempre.


Es que las promesas, traen consigo una carga muy poderosa, transforman una realidad “existente” por una realidad “soñada”, es decir, una realidad que solo está en la mente del “prometido”. El ser humano necesita de las promesas para vivir. Sin promesas, el mundo sería un paisaje gris de realidades estáticas, sin sentido y sin futuro. Una promesa, es la llave del futuro. Nos garantiza que todo será diferente y mejor. ¿Porqué entonces, siendo la promesa un vehículo lleno de sueños por realizar, termina por perderse en ese oscuro y cruel bosque de la mentira y del incumplimiento?, ¿Porqué prometemos algo que, interiormente, sabemos que no cumpliremos?, ¿Qué es lo que nos impulsa a prometer una mentira?, ¿Qué oscura fuerza hay dentro de nosotros que nos lleva por ese camino inmisericorde, de hacer sufrir a otro ser humano, con nuestras falsas promesas, mentiras o promesas incumplidas?. Algunos dirán que es “la realidad”. Que la vida es dura y cambiante, y que hay que “madurar” para entender que mentir es de vital necesidad en una sociedad en la que la mayoría de seres humanos miente e incumple. Esa es la regla, la excepción estaría relegada a algunos seres “disfuncionales” o “ingenuos”, o cualquier adjetivo que le vaya bien a todas aquellas personas que creen en la palabra empeñada y que viven diciendo la verdad, es decir, una especie de ser humano en extinción. Estamos frente a una triste paradoja. Mientras los Estados y las familias, aparentemente, promueven valores ciudadanos en las escuelas de niños de todo el mundo, todos somos testigos, como en el “día a día”, aumentan las estafas en los negocios hechas por los padres de esos mismos niños, divorcios y separaciones por mentiras, violencia e infidelidades por el egoísmo y la inmadurez de esos mismos padres, así como los interminables procesos judiciales por incumplimiento de los contratos celebrados por esos padres, supuestamente éticos y escrupulosos, y en general, todas estas terribles historias, llenas de tristeza, causadas por millones de personas que alguna vez prometieron decir la verdad, ser fieles al amor o cumplir con sus contratos en los plazos convenidos. En medio de toda la desdicha que causan las promesas incumplidas, aparecen en escena, los actores más conocidos en nuestro “gran teatro del mundo”: los políticos (ver el spot: http://ojoavizorlimaperu.blogspot.com/2008/12/el-poder.html ). Ellos son unos vendedores patológicos de ilusiones, que se han encargado, a lo largo de la historia de la humanidad, de devaluar la palabra, a su mínimo valor. Pero lo más grave no es eso. Lo más delicado es que, con su reiterada conducta han establecido una “cultura de la mentira y del incumplimiento”, que ha llegado a niveles alarmantes de aceptación social, sin mencionar, el terrible efecto que tendrá en las nuevas generaciones que crecerán en medio de la mentira, patrón de conducta, que se va enraizando en nuestras costumbres, y termina asfixiando nuestros sueños y oscureciendo nuestro futuro.

Ante tan dantesco panorama de “involución” y deterioro del tejido social, las familias se ven obligadas a formar a sus hijos con un doble standard ético. Por un lado, les proveen los mejores valores “teóricos”, pero por otro, les enseñamos, con nuestros más viles ejemplos, todo lo que necesitan aprender para sobrevivir en la “maestra vida”. Uno de los más negativos ejemplos que se les puede dar a nuestros niños, es el incumplir nuestras promesas, olvidándonos que ellos, jamás olvidan las promesas recibidas. Para ellos, una promesa es un juramento eterno. Es el primer referente lógico-afectivo-referencial del futuro. Podrá pasar muchos años, toda una vida incluso, y cuando nuestros hijos sean padres de familia, seguirán recordando, una a una, todas nuestras promesas incumplidas, con cada uno de sus dolorosos detalles, recordarán la frialdad de la decepción y el impacto de sus sueños contra el frío y duro muro de la mentira, quedará grabado en un cuadro perpetuo colgado en la galería de su mente .

Incumplir las promesas a un niño, es la mejor forma de enseñarles a mentir y condenarlos a vivir en la mentira. La mentira tiene un efecto devastador en la frágil mente de los niños. Por eso, considero que una forma de evitar dañar mentes inocentes, es hacer nuestros mejores esfuerzos para nunca mentirle a nuestros hijos, y cumplir con cada una de nuestras promesas con ellos, ya que del fiel cumplimiento de nuestras promesas, dependerá que ellos aprendan a creer en el valor de la palabra.
La coherencia
Desde muy joven, he sentido la necesidad de ser coherente con mis palabras y pensamientos. Dentro de mí, hay una voz interior que, permanentemente, me dice: ¡Cuidado, no mientas, no dañes, di la verdad, se coherente!. Es una voz que me mantiene siempre detrás de la línea. Hay momentos que quiero pasarla, solo para saber cómo se siente. Pero confieso que no puedo. Soy absolutamente incapaz de ser incoherente con la mayoría de cosas de mi vida. Siento que si engaño a alguien, lo dañaré para siempre, y eso no puedo soportarlo. No puedo soportar el dolor ajeno. Cuando veo el sufrimiento de alguien, me mimetizo en su dolor, y lo asumo como propio. Muchos me dicen que eso no está bien. Que debo aprender a ignorar el dolor ajeno, ya que me puede arrastrar como un río descontrolado y hundirme en sus profundidades. Soy consciente de eso, pero no puedo hacer nada por el momento. Para contrarrestar cualquier efecto negativo de un eventual arrastre, tengo a mi disposición un salvavidas: la coherencia. Siento que mientras más coherente sea, más fuerte serán mis convicciones, mis palabras, mis pensamientos y finalmente, mi sencilla pero útil, filosofía de vida personal.

He encontrado en la coherencia, una isla segura en medio de un inmenso mar de mentiras. Todos los días tenemos que lidiar con mentiras como: ¡Te pago mañana! (no paga), ¡Mañana te entrego los documentos firmados! (no firma), ¡el Perú es el boom económico latinoamericano! (48% de su población vive en pobreza extrema), ¡Los corruptos serán juzgados con todo el peso de la Ley!(los corruptos son liberados), ¡Te amo! (no la ama), ¡Es la última vez que lo hago! (es la penúltima y lo seguirá haciendo), etc., etc. La mentira denigra al ser humano. No hay arma más letal que la mentira. Daña al espíritu en forma irreparable, ya que toca nuestra fibra más sensible: nuestra fe. Cuando se daña la fe, el ser humano se vuelve insensible y duro. El engañado pasa a formar parte del ejército de los dañados del alma, que dejaron de creer en sí mismos y en los demás. Reconstruir la fe en la gente, es una labor que no es imposible, pero cuando se logra, la persona ya no es la misma. Cuando alguien ha sido dañado con una mentira, pierde una de sus vidas. Las otras, solo pasan a ser copias tenues del original. Algunas personas logran nacer de nuevo, sí, claro que sí, pero solo si encuentran un amor sanador, igual o más grande, que el daño causado, y eso en éste mundo, encontrar una fuerza transformadora de ese tipo, puede llegar a ser una utopía. Por todo esto, es que me aferro a mi obsesiva coherencia, porque me da seguridad en medio de la tormenta, y sobre todo, me ayuda a seguir creyendo en la viabilidad de las relaciones humanas. Sin la coherencia, sentiría que las ideas y los pensamientos, serían solo palabras vacuas y sin sentido, como en la mayoría de los casos, terminan siendo.

La esperanza

Las palabras deben llevar esperanza a los demás. Cuando las palabras son veraces, los que las escuchan o leen, visualizarán una posible esperanza en el futuro, en la vida, en el amor, en la piedad, en la verdad, y en general, en todas aquellas virtudes del espíritu. Las palabras esperanzadoras liberan al ser humano de su pesimismo y del dolor. Las palabras salvan al ser humano cuando están llenas de sabiduría. La esperanza podrá realizarse, si logramos la coherencia entre nuestras palabras y nuestras acciones.

Todos los sueños que encierran las promesas pueden materializarse, si hacemos el esfuerzo por cumplirlas. No importa que tan difícil sea hacerlo, no importa cuánto nos cueste, no importa que perdamos en el intento, lo importante es querer y tener la voluntad de cumplir con nuestras promesas, darle valor a nuestras palabras, con cada una de nuestras acciones, que deben ser el espejo de ellas. Busquemos la verdad de nuestras palabras y acciones, como si buscáramos el agua en el desierto, porque cuando la encontremos y saciemos nuestra sed, nos miraremos en el reflejo del agua, y comprobaremos que somos nosotros mismos, es decir, que nos hemos encontrado.

Ojoavizor

Para ti Nefertiti, en éste día de San Valentín, te regalo estas sencillas palabras, renovándote una vez más, como todos los años en éste día, mi promesa de amor eterno.










27 comentarios:

Anónimo dijo...

Ánimo Ojoavizor, pese a lo que sientas a veces (como yo también he sentido) tu posición de rectitud no es la errónea. A sentido contrario, aquellos que defraudan sus promesas y palabras están faltando a una Ley de la Naturaleza. En efecto, Hobbes -un agudo observador de la condición humana- en su Leviatán, ennumera las leyes naturales sin las cuales no puede existir sociedad civil(o civilizada, como quiere decir) y Estado. La tercera, fundamental, es; "De esta ley de Naturaleza, según la cual estamos obligados a transferir a otros aquellos derechos que, retenidos, pertuban la paz de la humanidad, se deduce la tercera ley, a saber: QUE LOS HOMBRES CUMPLAN LOS PACTOS QUE HAN CELEBRADO. Sin ello, los pactos son vanos, y no contienen sino palabras vacías, y substiendo el derecho de todos los hombres a todas las cosas, seguimos hallándonos en estado de guerra.

En esta ley de la naturaleza consiste, la fuente y origen de la JUSTICIA.... cuando se ha hecho un pacto, romperlo es injusto. La definición de INJUSTICIA no es otra sino ésta: el incumplimiento de un pacto."

Sin desmedro de la observación política de Hobbes, quiero decir dos cosas de corte espiritual: tomemos en serio nuestra palabra; no hagamos muchas promesas sino solo las que podemos hacer. No se me ocurre prometer algo serio que sé que voy a incumplir. Y finalmente, seamos conscientes incumplir nuestras promesas conduce a la pérdida de fe en el otro. El desamor completo. Este sí es un estado insoportable.

Un abrazo y hasta la próxima,

Prometeo

Ojoavizor dijo...

Gracias por comentar Prometeo.

De acuerdo contigo en que nunca hay que prometer algo que no podamos cumplir.

El grado de incumplimientos en el que incurre el ser humano en general, es una de las razones por las que el libro del buen Hobbes, no es precisamente un best-seller.

Ojoavizor

aaaa dijo...

Que sabias tus palabras, de principo a fin... agregaría a la coherencia, el "sentido Común" el menos común de los sentidos.
Por lo menos aqui desde tu blog reivindicas aquellas cosas que el hombre todavía posee, virtudes que aún no hemos perdido.

(aunque atrasadas felicidades AMIGO)

bss

Soñadora dijo...

Estimado Ojoavizor, me gusta mucho este post que hoy publicas. Es muy fácil hablar demás, yo soy persona de pocas palabras, me atrevería a decir que soy mejor oyente, y siempre pienso bien lo que digo. Cuanta verdad dices al afirmar que los niños jamás olvidan una promesa, en especial si proviene de sus papis, por lo que debemos ser sumamente cuidadosos para no herirlos con promesas sin cumplir.
Y opino como tú que la coherencia es imprescindible, justo ayer conversaba con un joven que trabaja conmigo , el cual tiene 7 hijos , y me decía que la educación en los colegios debía mejorar, en especial la formación, y yo le dije que la formación en valores es algo que no podemos delegar a los colegios, sino que debemos ser los padres quienes formemos a nuestros hijos, y que para ello debíamos se coherentes entre lo que hacemos y lo que enseñamos.
Besitos y cariños a Nefertiti.

Ojoavizor dijo...

Gracias Rafela.

El "sentido común" y el "buen criterio" son los primos hermanos de la coherencia.

Ojoavizor

Ojoavizor dijo...

Te felicito mi muy estimada Soñadora.
Yo todavía no he desarrollado esa capacidad que tú tienes para escuchar. La estoy aprendiendo de a pocos y no sabes cuánto me cuesta.
Saber escuchar es una virtud que yo admiro mucho en los demás. Mientras tanto, mi coherencia es como una tabla de salvación en medio de las catarátas de mis palabras.

Ojoavizor

JAVIER AKERMAN dijo...

Estimado Ojoavizor:
Esta entrada voy a recomendarla entre mis conocidos, sobre todo el apartado de las promesas. ¡Magistral! Has sabido reflexionar sobre la importancia del ejemplo, de esos niños que luego ven como sus padres estafan con su negocio. El ejemplo firme y la honradez son la esencia de la sociedad del mañana.
Un fuerte abrazo.

Ojoavizor dijo...

Muchas gracias, mi estimado Javier.

Cuando miro el rostro de mis niños, veo el rostro de Dios.
Ellos fueron la fuente de reflexión de ms palabras.
Me he propuesto firmemente, por el amor infinito que les tengo, cuidar sus hermosas mentes, cumpliendo con las pocas pero realistas promesas que les hago. Tengo fe en que algún día ellos cosecharán los frutos de mi siembra esperanzadora.

Ojoavizor

José Miguel dijo...

Muy interesante tu reflexión.
El ser humano, entre otras cosas, se caracteriza por su capacidad para prometer. El resto de animales no puede anticipar qué van a hacer en el futuro, el hombre, sí.
Desde siempre, y creo que no por mérito mío, sino por la educación que he recibido, una de mis obsesiones ha sido tratar de mantener lo prometido, tratar de ser "formal". Sin embargo, debo confesar que, por motivos de salud (depresión) ajenos a mi voluntad, la mayor parte de las veces he fracasado en ese propósito de mantener mis promesas, especialmente en los compromisos laborales adquiridos.
En otro orden de cosas, en relación a la coherencia entre lo que se siente y piensa por un lado y lo que se exterioriza por otro, también debo confesar que no soy muy coherente. Actualmente estoy precisamente intentando trabajar en esto, en tener una comunicación auténtica con los demás, pues hasta ahora mi comunicación con los demás se fundamentaba en el qué dirán, en intentar adaptarme lo más posible a lo bien visto socialmente. Y eso es una comunicación falsa que no lleva a ninguna parte en las relaciones interpersonales.
Te felicito por este post.
Saludos.

Ojoavizor dijo...

Mi muy estimado José.

No sé porqué, cuando leo tus comentarios me dan ganas de darte un fuerte abrazo, como el que se le da a un hermano.

Eres un hombre muy transparente y eso ya no se ve hoy en día.

Admiro la sencillez y honestidad con la que escribes.

Tu sinceridad, es un ejemplo para mí.

Un fuerte abrazo.

Ojoavizor

Juan Carlos dijo...

Estate seguro mi estimado Ojoavizor que Tu filosofia de vida es la que te lleva a la felicidad eterna.

Felicitaciones otra vez por este maravilloso artículo!

Ojala tu blog algun dia cercano se convierta ( aunque creo que "ya esta convertido" ) en un libro con estas fascinantes experiencias que ayudan a crear un mundo mejor !!

Te pego una anécdota con respecto a una promesa:

Mi vicio era tan fuerte con el cigarrillo, que una vez en Lima, me iban a hacer un examen de sida, para operarme un hueso fracturado.

Y le prometí a DIOS, si es que el resultado del examen a los pocos dias, salia negativo, dejaria el cigarrillo. Pero como era tan fuerte mi adicción, a los pocos segundos, recapacité y le prometí que mejor dejaria el cigarro por una semana. Osea que salieron los resultados negativos y deje de fumar una semana.

Despues de tiempo, hace 5 años dejaria el cigarro con la fuerza de voluntad y perseverancia, solamente haciendome una promesa a mi mismo.

Un Abrazote: el gato

Ojoavizor dijo...

Gracias por tus palabras, mi estimado amigo Juan Carlos.

Seguir mi filosofía de vida, me cuesta mucho, no te imaginas cuanto. Muchos golpes, muchas preguntas.....

Ojoavizor

José Miguel dijo...

Vaya, te agradezco mucho tus palabras. Son un bálsamo para mí.
Te confieso que dudé mucho antes de publicar mi comentario, no me atrevía.
Y te aseguro que el sentimiento de afecto es mutuo.
Un abrazo.

Ma®iana♥Camandrelly dijo...

•♥ Una vez leí : " Que la esperanza no cumplida es tormento al Corazón " hoy, al leer tu entrada, vino a mi memoria...

Ciertamente ¡ Soy el Momento que Vivo ! Cuando emergemos en cada instante como un momento único y lo valoramos en su grandeza, permanecemos PRESENTES en nuestro presente, y no son necesarias las promesas, porque abundan las Vivencias !!!!!

Saludos....



Viendo lo Invisible... ™

http://marianacamandrelly.blogspot.com/

Ojoavizor dijo...

Muy interesante tu perspectiva Mariana.

El instante sin promesas. Lo reflexionaré.

Bienvenida a mi blog, y pasa cuando quieras.

Ojoavizor

Nefertiti dijo...

QUERIDO OJOAVIZOR:

SOBRE ESTE TEMA PODRIA DECIR TANTAS COSAS. ES UN TEMA SENSIBLE CON EL CUAL PODRIA EXPLAYARME HORAS SOBRE LO QUE UNA PALABRA NO CUMPLIDA, DICHA A DESTIEMPO, MAL USADA, MAL INTENCIONADA, EQUIVOCADA PUEDE CAUSAR EN EL ALMA DE UN SER HUMANO.

SI, LOS NIÑOS CREEN CIEGAMENTE EN LOS DEMAS, EN SUS PADRES, SUS AMIGOS, LOS ADULTOS, EN TODOS Y EN TODO.
BASTA VER SU MIRADA ENCONTRARSE EN LA NUESTRA PARA SABER CUANTA ESPERANZA HAY EN NUESTRA RESPUESTA.

SI LA MIRADA ES EL ESPEJO DEL ALMA, NUESTRAS PALABRAS SON SU VOZ. REFLEJAN NUESTRO ESTADO DE ANIMO, NUESTRAS CREENCIAS, IDEAS, INTENCIONES, DESEOS. EL TONO, EL MOMENTO EN QUE LAS USAMOS, A QUIEN SE LAS DECIMOS Y POR QUE. ES UN MUNDO QUE ABARCA TODO.
SIEMPRE ME MARAVILLE Y ME SORPRENDI AL VER COMO UNA PALABRA TRAS OTRA BIEN USADA PODIA PROVOCAR Y MOTIVAR LOS MAS GRANDES SENTIMIENTOS HUMANOS HASTA DESTRUIR A UN SER HUMANO EN UN INSTANTE.

ES UN ACTO DE RESPETO, DE FE Y DE HONOR TRATAR DE VIVIR COMO DECIMOS Y DECIR LO QUE REALMENTE QUEREMOS.

A MI NO ME GUSTA HABLAR MUCHO. EL LOS ULTIMOS AÑOS HABLO MAS DE LO QUISIERA. EXTRAÑO EL SILENCIO, PERO ESTA BIEN PORQUE TAMBIEN ME GUSTA LA BULLA DE NUESTROS NIÑOS EN LA CASA. ME GUSTA ESCUCHARTE TANTO COMO LEERTE.

EN TI HE ENCONTRADO NO SOLO ALGUIEN A QUIEN AMAR, SINO ALGUIEN EN QUIEN CREER Y ASI EL AMOR CRECE MUCHO MAS.

NO SE SI TODO SE PUEDE TRADUCIR O REDUCIR AL FINAL EN UN SI O UN NO, PERO SI SE QUE CUANDO DECIMOS SI DEBE SER SI Y NO DEBE SER NO. DECIR CUALQUIERA DE ESTAS COSAS REQUIERE AMOR.
AMOR AL SER HUMANO, AL QUE ESTA ESCUCHANDOTE Y TE CREERA.

COMO DIJE, PUEDO DECIR MUCHO MAS SOBRE ESTE TEMA, PERO EN EL FONDO NO HAY MUCHO QUE DECIR, EXCEPTO QUE TE FELICITO POR HABER ESCRITO ESTE POST TAN NECESARIO.
HASTA PRONTO OJOAVIZOR,
TU ESPOSA,
NEFERTITI.

Ojoavizor dijo...

Gracias por creer en mis palabras, mi adorada Nefertiti.
Ellas son el reflejo de mis actos.

Ojoavizor

JAVIER AKERMAN dijo...

Muy querido amigo:
Te visito de nuevo, pues releerte es una caricia para el espíritu.
Un fuerte abrazo.

Ojoavizor dijo...

Muchas Gracias mi muy estimado Javier, por darte tiempo de releer.

Borges decía que la esencia de la lectura está en la "re-lectura".

Un abrazo

Ojoavizor

CAMINANTE dijo...

hola Ojo avizor..

Felicitaciones por esta entrada, como siempre sincera, y ademas clara y coherente :), coherente con todo lo que he leido antes de ti.
Tines razon, es muy dificil ser coherente con lo que se promete, yo trato de cumpli, y fiel a mi filosofia de vida tambien intento no mentir, pero si me pongo a reflexionar sobre ello honestamente muchas veces me he quedo en el intento. Sin embargo es importante mantenerse alerta, y lecturas como esta nos despiertan un poco, es un remezon a la conciencia.
Que hay acerca de las mentiras blancas? aquellas q decimos cuando no queremos herir? siguen siendo mentiras? o pueden ser disculpadas porque el resultado compensara el hecho?...

Un saludo cordial!

Allek dijo...

precioso todo lo que dices..
un abrazo enorme..!!

Ojoavizor dijo...

Gracias mi estimada Caminante.
Muy pertinente he importante tu pregunta sobre las mentiras blancas.

Vivir diciendo y practicando la verdad es muy difícil, sobretodo en un mundo donde la mentira se ha institucionalizado en casi todas las actividades del ser humano.

Siempre he creido que EL TEMOR es la madre de todas las mentiras, chiquitas o grandes

El reto podría estar, entonces, en liberarnos de nuestros temores, y dejar que la verdad nos haga libres, por más dura que ésta sea.

Ojoavizor

Ojoavizor dijo...

Allek, muchas gracias por tus palabras, y bienvenido seas a mi blog.

Pasa cuando quieras, y animate siempre a comentar. Los espíritus sensibles como el tuyo,estoy seguro, nos gratificaran a todos.

Ojoavizor

CAMINANTE dijo...

querido Ojoa avizor,
interesante punto de vista, muy real, y en realidad un reto.. aunque, te planteo esto tambien: el reto es tambien decir la verdad para liberar nuestros temores PERO sin hacerle daño a la otra persona.Te pongo dos ejemplos:
-vivo en Holanda, la sociedad holandesa se jacta de siempre decir la verdad, y ser muy directa, duela a quien le duela..tanto que caen en ser rudos. Mis primeros dos años aqui me choco muchisimo escuchar que la gente te dice a boca de jarro y sin rodeos cosas que preferirias no escuchar (o ignorar).. ya me acostumbre... y en cierta medida lo valoro.. aunque lo feo es que se me pego, y a veces sin querer aplico esto a mi familia en Peru.. me siento horrible, siento que les hiere que les diga las cosas tan honestamente.
-el segundo caso es mas complicado.. que hay si sabes que la mentira que guardas protegue la felicidad de terceras personas? quien soy yo para ir a decir una verdad que no me pertenece?..en ese caso pienso yo, que lo mejor seria no decir nada.. ?
dificil eh? :)
Un abrazo !!

Ojoavizor dijo...

Estimada Caminante,

Pienso que evitar el sufrimiento de las personas, y cuidar su felicidad, no solo es un acto sensible, sino un acto responsable.

Lo importante creo yo, es hacer eso sin caer en el extremo de creer que "el fin justifica los medios".

Encontrar el punto medio con justicia y buen corazón, siempre será un reto. Habrá que intentarlo.

Ojoavizor

Bell fono 89308488 dijo...

Ojoavisor: siento que tus palabras debo releerlas de vez en cuando. Son muchas cosas contenidas. Las falsas promesas, los incumplimientos.. cada paso que uno da es pensando en que nada de eso llegue, esos incumplimientos contractuales, sobre todo laborales que tanto decepcionan. En fin, tus palabras se hacen necesarias. Muchas gracias por esas reflexiones tan de piel.

Ojoavizor dijo...

Ánimo, mi estimada Bell George.

En el camino de la vida, siempre nos encontraremos con personas que cumplen su palabra.

Son los menos, pero existen, y eso es lo que importa. Cuando los encuentres en tu camino, correspóndeles con tu amistad y sensibilidad, y ten por seguro, que la recibirán con alegría y respeto.

Ojoavizor