sábado, 31 de octubre de 2009

La máscara

I
Hoy se celebra en diversas partes del mundo la fiesta de "Halloween", fiesta que según algunos tiene una tradición anglosajona pagana muy antigua, criticada por sus contenidos consumistas y por sus supuestas prácticas oscurantistas. Bueno en mi país, hace treinta años hay un debate al respecto ya que paralelalmente se celebra "el día de la canción criolla", como homenaje a la muerte de una de las más queridas cantantes de vals criollo: Lucha Reyes, que murio un 31 de Octubre. En mi caso, ambas fiestas siempre han estado presentes desde mi niñez, generándome en días como hoy, recuerdos y sentimientos maravillosos, ya que para mí disfrazarme en "Halloween" y pedir caramelos casa por casa en mi barrio de San Antonio, siempre fue una de mis más hermosas ilusiones, esperada año a año. Cómo podría olvidar cuando me disfrazé de pirata y soñaba con conquistar todos los territorios llenos de caramelos y galletas, en contubernio con un numeroso grupo de amigos, niños como yo, con sus disfráces coloridos y descosidos, ya que en mi época, nuestros disfraces los hacíamos con las telas que les sobraban a nuestras mamás en sus costureros (en una época en que las mamás todavían cosían y no trabajaban fuera de casa). Cómo olvidar nuestras caritas pintadas con el hollín del corcho quemado, y los zapatos o botas de nuestros padres, con las que podíamos andar con las justas, ya que eran tres veces más grandes que nuestros traviesos y pequeños pies. Imposible de olvidar. Con todas las críticas que podrían haber contra la fiesta de Halloween, ninguna de ellas me podría hacer olvidar, la alegría de la frescura de esa noche cuando tocabamos puerta tras puerta con mis amigos, gritando al unísono un sonoro: "Halloweeeeeeeen", y ver el rostro sonriente de la dueña de la casa, regalando generosamente todo tipo de dulces y confetis a una banda de niños con sus caritas pintadas y con los trapos arrastrando por el piso, con sombreros viejos y máscaras de todos los colores. Todo era seguridad y alegría donde todos se conocían con todos. "Halloween" era en realidad, una gran fiesta donde los lazos de amistad se fortalecían y nadie era privado de recibir un dulce. Todos eran felices en esa mágica noche de brujas, donde hasta ellas, se volvían dulces y cariñosas viejitas de la fantasía de los niños.
II
Treinta y cinco años después, mi visión de los disfraces sigue siendo fuente de enseñanzas para mí. Sobre todo la parte que identifica más al disfraz: la máscara. Cuando los niños o grandes se disfrazan para una fiesta de "Halloween", privilegian el uso de la máscara o de algún tipo de pintura que de alguna manera transforma su imagen en algo que en el fondo queremos ser, o queremos dejar de ser. La máscara siempre dice algo de nosotros mismos. Algo que ocultamos pero que, sin querer, evidenciamos cuando nos disfrazamos. En mi caso, ahora que tengo el rostro marcado por cicatrices propias de mi última operación quirúrgica, he tratado de taparlas con mi mano, con polos de cuello alto, con la esperanza de cubrir la huella de mi lucha por la vida. Ayer, después de un gran esfuerzo por salir de nuevo a trabajar, y sintiéndome muy extraño ya que después de más de un mes, las personas que me conocen en mi entorno profesional recién me veían, grande fue mi sorpresa, al recibir de ellos las mejores impresiones de mi estado físico, diciéndome incluso que la operación "me había caído bien" ya que se me veía más delgado y con el rostro de niño. Yo no entendía nada. Me sentí más extraño todavía, pero me hicieron sentir muy bien. Por la tarde, Nefertiti, me pidio con mucho amor que la acompañara al cumpleaños de la hija de una de sus mejores amigas. Nuevamente, me costó mucho hacerlo, pero como yo le digo siempre a ella: "Una sonrisa tuya es para mi la mayor felicidad", la acompañé a esa bonita fiestita infantil, donde me sentí como una piñata, pero al ver que nadie me miraba y más bien las personas que nos conocían nos recibieron con cariño, incluso haciéndome bromas como por ejemplo: "deseas tomar un suerito", sentí al final del día, que la máscara que había llevado los últimos años, se había caído, y que mi verdadero rostro afloraba de nuevo, la de ese niño soñador que fue feliz en las calles de su barrio, gritando a viva voz: "Halloweeeeeeeen", y me sentí feliz de haber regresado.
P.D. Queridos Manzanilla y Manzano, hoy los llevaremos con mamá, a su fiesta de Halloween y papá irá disfrazado de "Robocop". También recordaré a su abuelo Oscar, que le gustaba escuchar los magníficos valses de nuestra querida Lucha Reyes, mientras su pequeño hijo "Ojoavizor", llenaba sus sueños con los dulces de las calles.
Ojoavizor

sábado, 10 de octubre de 2009

El matrimonio

I
Recuerdo como si fuera ayer, el momento preciso cuando el Padre Franco, de la Iglesia Virgen de Fátima de Miraflores, nos decía a Nefertiti y a mí, un día como hoy hace 11 años, que en el matrimonio los casados debían estar juntos en la salud y "en la enfermedad". En ese momento, los asistentes que escucharon esa frase podrían haberla tomado como un mero formalismo del ritual católico, propio de la ceremonia del matrimonio, y no prestarle importancia. Para la mayoría de parejas que se casan por la Iglesia Católica, frases como esas, en realidad, pasan desapercibidas. Entiendo que esto es así, porque lamentablemente, es signos de nuestros tiempos ver al matrimonio solo como un evento social, olvidándose de la poderosa carga espiritual que tiene el sacramento del matrimonio, para cualquier religión. En mi caso, cuando yo escuché esa frase frente al altar, hice ante Dios, un voto espiritual de cuidar a Nefertiti en su enfermedad, para toda la vida. Lo que nunca me imaginé, es que años después, sería ella la que terminaría cuidándome a mí de una enfermedad que llegó en silencio. Ya todos mis generosos lectores saben lo que pasó éstos últimos días. Hoy solo quiero escribir éstas líneas para dar testimonio ante todos, que a pesar que Nefertiti, al enterarse de todo, entró en un profundo desasosiego y angustia, y que por momentos reaccionó con dureza, no frente a mí, sino frente a la enfermedad que me había invadido, a sabido cumplir con entereza, el voto que ella hizo también junto a mí, frente al altar ese 10 de Octure del año 1998. Ahora, 11 años después puedo decir, que mi matrimonio, lejos de ser perfecto y siendo por momentos complicado, funciona en base a esos votos que nos juramos cumplir, votos como el de la fidelidad, estar juntos en la riqueza o la pobreza, y sobre todo, juntos en la salud y en la enfermedad. Nada ha sido fácil en nuestro matrimonio. Nada. Cada día que ha pasado ha sido un constante esfuerzo por seguir juntos en medio de ideas diferentes, temperamentos, y factores externos que siempre apuntan a separar a las parejas antes que a fortalecerlas. Sin embargo, con la experiencia que me da estos años, pienso que solo hay algo que puede hacer posible que una alianza matrimonial sea indestructible: la fuerza del amor y la fe inquebrantable en Dios, que hace posible todo, por lo menos en nuestro caso, eso es lo que nos ha funcionado, ya que sin ese amor y fe, estoy seguro que no hubieramos resistido. Ha habido demasiado dolor, demasiado sufrimiento, que ahora se ha convertido en esperanza y alegría, al darme Dios una nueva oportunidad de vivir y hacer feliz a mi familia. Dios ha bendecido una vez más nuestro matrimonio, y somos infinitamente felices por eso.
II
Recuerdo esa mañana llena de sol, cuando Nefertiti entró en la Iglesia, completamente hermosa, y yo con los nervios que me traicionaban. Mientras ella avanzaba hacia el altar, pasó por mi mente, como una película, los tres años de amor que viví con Nefertiti como enamorados y después novios. Nuestras familias al inicio se mostraron escépticas de nuestra decisión de casarnos, pero a pesar de eso, desde el día de nuestro matrimonio, nos acompañaron y apoyaron para desearnos la mayor de las felicidades. Los dos éramos unos jóvenes enamorados y sabíamos perfectamente, que éramos el uno para el otro. Sabíamos que ninguna otra persona en el mundo entendería nuestras personalidades. La verdad es que Nefertiti y yo somos personas muy extrañas y solitarias. Nunca seguimos las formas de ser "convencionales", e incluso entre nosotros tenemos formas muy distintas de entender la espiritualidad. Son muchos motivos culturales y familiares que se conjugaron para moldearnos así. Lo que le agradezco a Dios, es que nos haya dado la lucidez para darnos cuenta que nuestro destino era estar juntos para siempre, a pesar de todo, de nuestras discusiones, desbalances emocionales y espirituales, de nuestros aprietos económicos, de nuestra salud. Gracias a Dios, la llegada de nuestros maravillosos hijos Manzanilla y Manzano, selló nuestro amor. Ellos consolidaron nuestra alianza matrimonial, ya que, el amor que les tenemos, siempre ha sido la piedra angular de nuestra familia. Son dos niños tan puros y dulces, que mirando sus bellos rostros, nos hace entender nuestra conexión con Dios. Durante los días que estuve internado, tuve la foto de ellos frente a mí para darme fuerza, para seguir en la lucha, y a través de ellos, Dios hizo el milagro de salvarme la vida. Nosotros solo somos un instrumento de él. Estamos seguros, que el amor y el ejemplo que les damos, forjarán en ellos, a dos buenas personas al servicio de Dios.
III
Nefertiti, quiero renovarte una vez más los votos que hice hace 11 años frente a ese altar. A pesar de todos nuestros errores, quiero que sepas que valoro lo que hiciste por mí durante la operación. Sé lo duro que ha sido todo esto para tí, en tan corto tiempo. Perdóname si no te conté la dimensión de lo que me estaba pasando, pero lo hice para protegerte a tí a toda la familia. Pero ya todo pasó. Me has demostrado la entereza y la fuerza para superar cualquier dolor. Tú misma has comprobado ahora, que a una enfermedad no solo se le debe combatir con médicos y medicinas, sino con la FE en Dios. Mi propia vida te lo está demostrando. Ahora que ya lo sabes, estás preparada para superar todo, absolutamente todo, inclusive tú propia alopecia. A nuestras familias, les pido que nos sigan apoyando, sin límites, como lo han hecho durante todos estos años, pero ahora con más comprensión, fuerza y convicción. Que nos tengan paciencia, que solo nos muestren lo mejor que tienen. Ayúdenos a construir una nueva vida, llena de agradecimiento a Dios. Ahora lo que mas deseo en el mundo, es poder vivir mejor que antes, sin sufrimientos inútiles, sin secretos, con mi corazón abierto a todos ustedes, quiero que mi alma de "Ojoavizor" se expanda a mi familia, y me acepten con mi espiritualidad. Nefertiti y yo necesitamos, mas que nunca, del amor de todos ustedes. No se arrepentirán. Encontrarán lo mejor de nosotros mismos, Dios nos ha dado una nueva oportunidad, y la tomamos con mucha humildad, agradecimiento y esperanza en el futuro.
P.D. Feliz Aniversario Nefertiti, ahora si que lo celebraremos con toda la familia, porque los triunfos del amor hay que celebrarlos.
Ojoavizor

jueves, 1 de octubre de 2009

Los milagros

I
Muchas veces las personas creemos que las cosas pasarán de una manera determinada. Yo por ejemplo, creí firmemente que saliendo de mi operación quirúrgica, tendría un viaje astral de varias horas donde estaría frente a Dios, para entender cuál sería mi próxima misión. Bueno, y dado que jamás les mentiría en nada de lo que digo en éste blog, puedo decirles con absoluta sinceridad, que cuando desperté de la sedación, lo único que recuerdo es que me encontraba lleno de sondas, tubos, drenes y vías endovenosas, totalmente inmovilizado, con el cuello cubierto de gasas, ya que los cirujanos hurgaron por mi orofaringe durante 12 horas para retirar un terco tumor canceroso. En realidad no recuerdo haber tenido viaje astral alguno, y menos aún, haber visto a Dios. Era mi profundo deseo pero no ocurrió. Eso me deprimió mucho, en medio del dolor y fastidio post-operatorio. Sentí que Dios me había abandonado. Que no había estado conmigo durante esas horas. Qué todo había sido un juego de mi mente. Un anhelo propio de mi ego, para tratar de soportar tanto sufrimiento. Estaba confundido en esa cama, mirando el rostro de todos los que me visitaban y yo, sin poder hablar, seguía pensando, ¿porqué no tuve ese viaje astral que tanto lo deseaba?, ¿porqué Dios no me lo concedió?.
II
En éste último mes, ha vivido intensas y fuertes experiencias desde el momento que Nefertiti y toda mi familia, se enteró por primera vez, que yo tenía cáncer desde hacía un año. Se lo había ocultado a todos menos a mi hermano "El Buho", médico de profesión, pero mejor aún, amigo y confidente. Le pedí, bajo secreto profesional, que nadie debía saberlo, por muchas razones, fundamentalmente, porque no quería que las personas que me quieren sufran con las penosas y duras secuelas de esta cruel enfermedad. Siempre pensé que la familia del enfermo sufre el cáncer, más que el propio enfermo. La sorpresa y la impotencia de la misma, se convierte en una bomba atómica para ellos. Y conociendo a mi familia, y sobretodo, ha sabiendas del estado médico de Nefertiti, consideré una obligación no decírselo ha nadie para proteger la tranquilidad de sus mentes, sin descuidar claro está, todos los procedimientos de seguimiento de mi enfermedad. Lamentablemente, a pesar de todos los cuidados que tuve, el cáncer regresó, justo al año de habérseme extirpado un primer tumor en la misma zona, y pese ha haber recibido radioterapia. Bueno, el hecho es que regreso y había que afrontarlo de una manera definitiva y con todas las armas que quedan para poder erradicarlo, aunque ahora las "estadísticas" no me favorezcan. Así, ya los tiempos no eran para el silencio, sino para sumar fuerzas. Toda mi familia y amigos muy cercanos, se enteraron de mi enfermedad cuando estaba listo para ingresar al hospital, para que me realicen una operación de "cirugía radical", consistente en la extirpación, no solo del tumor, sino de toda la malla ganglionar izquierda que ya había sido tomada. Para ello debían abrir mi mandíbula para poder ingresar a mi orofaringe, extirpar todo el tejido dañado, y da allí realizar una delicadísima microcirugía reconstructiva de toda la zona, con tejidos, arterias y vasos sanguíneos de mi brazo. Como era una operación de riesgo y sin garantía de éxito, todos los pronósticos pre-operatorios no eran prometedores. Primero, tumor recurrente, segundo zona ya irradiada por radioterapia, tercero, posibilidades de quedarme de por vida con una "traqueotomía" para poder respirar, y una bolsa conectada directamente a mi estomago para poder alimentarme, dado que tendría que perder mi capacidad para deglutir, sin mencionar claro está, que la fonía y volumen de mi voz iba a cambiar irremediablemente, en otras palabras, iba a hablar sí, pero por el tubo del "traqueostoma".
III
En medio de todo esto, me sentí absolutamente inútil de manejar todo junto. Era demasiado. Sin embargo había tres pensamientos que me sostenían, en medio del huracán: mi fe en Dios, mis hijos y Nefertiti. Y bueno, contra todos los pronósticos médicos (ya que incluso dos de los médicos del staff, dijeron que mi tumor era inoperable), ocurrieron los milagros. El primero de ellos, fue la decisión que tomó la junta de médicos, después de una ardua deliberación, que tenía una última oportunidad de operarme, es decir, que podían hacerme una "operación de rescate". El segundo milagro, que luego de la operación mi voz quedó intacta, mi capacidad de deglución perfecta, que me sacarán el tubo de la traquea y que la microcirugía interna con implantes de piel pegó perfectamente con buen color, es decir, el colgajo microquirúrgico se integró con perfecta circulación sanguínea a mi orofaringe. El tercer milagro, fue la rapidez de mi recuperación funcional sistémica (tres días). El cuarto milagro, que el informe de patología, arrojó que el tumor había sido extraído "con bordes libres de enfermedad" es decir, había sido extirpado por completo, y en cuanto a los ganglios, de 60 ganglios que han en la malla, el cáncer había tomado solo uno de ellos, y no se había roto ni diseminado, resultados patológicos que han hecho que los médicos replantearan todos sus pronósticos, afirmándome ahora la viabilidad de una curación definitiva. El quinto milagro, Nefertiti a pesar de su situación emocional propia de su enfermedad, hizo de tripas corazón, y logró soportar con mucho esfuerzo el huracán, dándome la más grande de las sorpresas. El sexto milagro, que la compañía de seguros no me cubría los gastos en el hospital done me atendí, sin embargo haciendo una excepción, aceptaron cubrirla en un 85%. Al recibir todos estos milagros, comprendí que el tan anhelado viaje astral que había planeado para las horas de mi operación, no fue necesario. Dios con su sabiduría y misericordia, se encargó de hacerme sentir con sus milagros que en la vida, lo irrelevante de las decisiones humanas, y que mediante la fe se pueden obtener milagros que pueden cambiar nuestras vidas de un segundo a otro. Lo estoy comprobando y por eso soy absolutamente feliz.
IV
Los milagros hay que agradecerlos. En mi caso, quiero agradecer a Dios de una manera especial. La oración es importante pero siento que debo agradecerle de otra manera, es decir, descifrando su mensaje milagroso, ya que cada milagro representa una señal para mí. Ellos llevan dentro el mensaje de Dios con mi nueva misión. Él quiere que cambie mi vida. Ya no quiere mi soledad, mis secretos. Dios quiere que me deje querer y ayudar por los demás, y eso haré. Ya entendí mi nueva misión. En los próximos posts, les iré revelando conforme vaya avanzando, los cambios que realizaré en mi vida para hacer la voluntad de Dios. Siento que he vuelto a nacer, que Dios me ha dado una nueva oportunidad y la tomo con humildad. Quiero agradecer también a todos mis ángeles de la guarda. A todos aquellos que desde diversas partes del mundo (Barcelona, Madrid, Chicago, Texas, New York, Caracas, Santiago de Chile, Indonesia), oraron por mí en éstos momentos difíciles. Todas sus oraciones fueron escuchadas. A Nefertiti, por el esfuerzo y amor desplegado, cargando su propio dolor y desconcierto. A "Emilita" mi madre, por toda esa fuerza positiva que me transmite cada segundo. A mi hermano y cómplice "El Buho", que con su solo presencia permitió que no me derrumbe y su maravillosa esposa "Irene" que cuido a mis niños en medio del dolor de Nefertiti. A mi hermano "Sabana" y su esposa quienes hicieron una peregrinación a la ciudad de Otuzco, Trujillo, para pedir por mí a la "La Virgen de la Puerta" y traerme agua bendita de su fuente. El apoyo incondicional de "Tanaka" para el futuro. La fuerza de la poesía de mi hermano "Pito", que pronto verá la luz. A "Mi Virgencita" mi muy querida amiga, con la que pude llorar todo lo que no había llorado durante años, haciendo de mis lágrimas un océano de esperanza. A su esposo "Víctor", un generoso médico oncólogo que nos ayudó mucho con sus coordinaciones médicas. A mi "Leona" mi querida amiga y ahora hermana, que me protegió en todo momento con sus rezos a "San Miguel Arcángel" y me llevó de la mano a una misa de salud en la Iglesia "Virgen del Pilar". A sus amigas Raquel, que organizó un círculo de oración desde Venezuela, y la señora Carmen. Al gran "Fénix" por su invalorable apoyo que me permitirá trabajar sin moverme de mi casa durante todo mi tratamiento. A "Andrés" y a "German" dos ángeles alados de la Fuerza Aérea Peruana, que me donaron su sangre. A mi querido ingeniero "Lander", su esposa "Doña Teresita" y su hijo Lander Jr., quienes oraron por mí en su casa. A "Angelito" y "Chachín" que se encargaron de mis asuntos profesionales durante mi internamiento. A "Keven" por su sensibilidad hacia mí. A "Papa Noel" y su esposa quienes me apoyaron no solo económica sino espiritualmente con sus técnicas "Reiki" y oraciones desde la ciudad de Jakarta, Indonesia. A mi querida "Lucy" que es un angelito que Dios nos envió a nuestra familia, hace algunos años ya, y que ahora la siento como una hija más, por su dedicación a nosotros, por el cuidado de los niños, por su permanente sonrisa. A toda mi familia, hermanos, cuñadas y sobrinos, por demostrarme una vez más que somos un círculo de luz. A mis amigos blogueros, a Javier Ackermann, gracias por apoyar a Nefertiti en momentos de desconcierto espiritual, a Lili, Soñadora, Calpurnia, Juan Carlos mi querido amigo Gato, José, todos ellos por su sensibilidad y palabras de aliento. A tí Kreski, porque entré al quirófano, con muchas de tus sabias palabras en mi mente. A todos mis nuevos amigos de enfermedad, Julio, Elmer, Teódulo y Miguel, que compartieron habitación conmigo en el Instituto de Enfermedades Neoplásicas (INEN), quienes con su vida de sufrimiento me enseñaron con absoluta humildad y alegría, a valorar la mía y sentir que lo que me pasaba a mí, no era nada comparado con lo que pasa a otros. Gracias a todos.
V
Antes de la operación mi querida amiga "La Leona", me regaló un llavero con una hermosísima medalla de la Santa Cruz de San Benito, santo de la orden benedictina. Cuando lo recibí me sentí absolutamente impactado por su belleza y fuerza. Luego me enteré que esa medalla tenía un profundo significado y representa una de las tradiciones más antiguas de la religiosidad católica. Yo estudié en un colegio católico, pero nunca una imagen religiosa me había impactado tanto en toda mi vida. Su influencia fue tan fuerte que decidí, en los días previos de la operación, contactar por internet con el monasterio benedictino ubicado en Pachacamac, que es una ciudad semi rural situada a las afueras de Lima. Mi llamado obtuvo una muy gratificante respuesta. Recibí la visita, en mi propia cama del hospital, del Prior del monasterio. Un imponente monje inglés, de casi dos metros de altura, que se apareció como un santo con su túnica marrón oscura, como la imagen de la película "La Profecía". Me confesé con el antes de operarme como no lo había hecho hacía mas de 25 años. Yo por ello, me sentí profundamente aliviado y en paz. Me dijo que los milagros existen. Que Dios me iba a operar a través de los médicos, que no tema que Dios se encargaría de todo, dándome su bendición. Ahora, a más de una semana de la operación, y después de haberse dado todos los milagros que he mencionado, puedo decir, que el mayor de los milagros que he experimentado, es que Dios me ha dado una nueva oportunidad de poder cambiar mi vida. Que veo un nuevo horizonte al que me dirigiré, con el firme propósito de llegar a entender y practicar, el auténtico y real amor al prójimo, en toda su dimensión, aceptando sus alegrías y sus sufrimientos con actitud serena y sabia, como acepto ahora, los milagros que Dios generosamente me ha otorgado.
P.D. Hoy ya estoy en casa, y cumplo 45 años, he renacido, y quiero celebrarlo con todos ustedes. Gracias a Dios.
Ojoavizor