viernes, 25 de diciembre de 2009

El Regalo

I
Hoy es cumpleaños de Nefertiti y nunca acierto con el regalo, por eso es que desde hace años, ella elige su propio regalo, lo envuelve con un arte digno de admiración, y cuando lo abre se sorprende como si nunca lo hubiese visto. Nunca permitió que yo me vaya solo a comprarle su regalo con Manzanilla y Manzano, siempre teníamos que ir a comprarlo con ella, hasta que lo elegía. También le encanta anunciar, días antes, a todos nuestros familiares y amigos, que su cumpleaños es en Navidad, generando una expectativa, para luego no querer celebrarlo y querer pasarlo solo conmigo y los niños. Bueno, dicen por allí, que así son las Capricornianas. Yo la entiendo y respeto su personalidad, pero en el fondo yo quisiera celebrárselo con una fiesta a lo grande, y darle muchos regalos, contratarle mariachis y cantarle las mañanitas con un gran ramo de tulipanes. Pero bueno, no lo he hecho por muchas razones, y ahora con mi estado de salud, mis deseos tendrán que ser postergados. Estoy seguro que algún día le podré dar ese regalo. Mientras que eso ocurra, no dejo de soñar en los regalos imaginarios que me gustaría darle hoy día, como los siguientes:
- Un viaje en la montaña rusa de Disneyworld con Manzanilla y Manzano, gritando los cuatro como locos;
- Un viaje en góndola en Venecia cantándole suavemente en el oído las canciones de Nicola di Bari que tanto le gustan;
- Una caminata al atardecer a las orillas del rio Sena, bien abrigados, diciéndole cuanto la amo;
- Una cena en algún restaurant que esté en el ultimo piso de cualquier rascacielos de New York, yo de esmoquin y Nefertiti con un hermoso vestido de gala, bailando suavemente abrazados, a media luz, una canción de Ella Fitzgerald;
- Una noche mística de amor y paz, en el hotel que está en Machupicchu;
- Una "mojada" con la brisa de las Catataras de Iguazú;
En fin, soñar no cuesta nada, y podría hacer una lista inagotable de viajes a diversos lugares del mundo, que ojalá Dios nos permita hacer algún día, cuando recupere mi salud, ya que viajar es vivir.
II
A pesar que yo ya estoy resignado a no poder sorprender a Nefertiti con ningún regalo material que yo elija, me puse a pensar con qué regalos, o mejor dicho, con qué milagros, Dios si podría sorprenderla. Allí creo que la lista puede ser larga, pero definitivamente, la encabezaría:
- Mi total recuperación y que el cáncer que me invadió, no regrese nunca mas;
- Que la alopecia que ella padece desaparezca para siempre, y le vuelva a brotar su lindo cabello;
- Que en el futuro, tengamos la salud para poder seguir criando a Manzanilla y Manzano sin padecer enfermedades como en los últimos años y tener un respiro para poder desarrollarnos sin más obstáculos de salud.
Nefertiti, por el momento, solo me queda pedirle a Dios, día a día, que te conceda esos "regalos milagrosos". No te imaginas cuánto deseo que Dios te sorprenda con esos milagros, para que seas tú la que nos puedas regalar a todos, tu sonrisa, el día de tu cumpleaños. Mientras tanto, en este día tan especial, te regalo todo mi amor, mis sueños de viajes imaginarios, y estas palabras de mi blog, que es lo único valedero que tengo, y que por el momento, te puedo regalar.
¡Feliz Cumpleaños mi amor!
Ojoavizor

jueves, 17 de diciembre de 2009

El nacimiento

I
La navidad siempre fue para mí, como ya lo escribí en un anterior spot, un motivo de alegría y magia. En realidad salvo algunas excepciones mis navidades siempre fueron llenas de alegría y colorido. En eso estaré siempre agradecido a mis padres y hermanos que se encargaron de llenarme de colores mis navidades. Nefertiti ha llenado de color navideño nuestro hogar para seguir con la tradición de magia y alegría para nuestros hijos Manzanilla y Manzano que nos llenan de felicidad con sus miradas inocentes y sus cantos navideños, soy inmensamente feliz de verlos armando el árbol y el nacimiento, y ver sus sonrisas puras, llenas de ilusión de recibir los regalos soñados de Papa Noel que entrará por la ventana por la noche derramando nieve y dejando las huellas de su trineo. Sin embargo, esta Navidad me ha cogido con mi salud resquebrajada, ya que durante esos días seguiré recibiendo mi quimio y radioterapia en medio de villancicos en el INEN. Les confieso que me conmueve ver cómo cientos de personas con cánceres peores que los míos, esperan la Navidad con una alegría inusitada, y se alegran con el hermoso nacimiento que el INEN les ha armado para que no se pierdan de la alegría de la navidad. Es que en realidad nadie debería estar triste en Navidad. Por eso digo que esta Navidad será diferente para mí, y lo será porque a mis 45 años ha aprendido por primera vez en medio de mi sufrimiento físico, el verdadero sentido del "nacimiento de Cristo".
II
A pesar de haber estudiado en un Colegio católico y de haber recibido creo yo, una formación religiosa "muy orgánica", siempre me parecieron muy complejas muchas cuestiones de la fe católica, y por ende, a pesar de haber vivido todos estos años guiado de fuertes valores éticos y familiares, con muchos defectos por supuesto, nunca entendí la relación Dios-Cristo-Espíritu Santo. Esa misteriosa trinidad que la religión católica se empeña tanto de enseñar por ser la piedra angular de todo su sistema de fe. Tampoco entendía con claridad el papel de los santos, ángeles y las vírgenes. Al final hice mi propia interpretación de la doctrina de la fe católica, sin que ello afecte obviamente mi fe en Dios, como un todo que lo controla todo. Mi relación con Dios siempre pretendí hacerla directa, sin intermediarios, es decir, sin necesitar de Cristo como su hijo. A Jesús lo respetaba como un gran profeta, así como lo fue Buda, Mahoma, o cualquier otro ser iluminado como los que conoce la historia. Para mí Dios era uno y el mismo para todos y me parecían absurdas las luchas de las religiones que incluso han llevado a guerras que contravenían todos los preceptos de amor de su verdadero mensaje. En realidad sigo pensando que Dios es uno y único, pero ahora, en pleno sufrimiento físico de mi enfermead, confieso que me he enfrentado con una experiencia mística completamente reveladora, y todo a partir de una imagen de Cristo que está en la capilla del INEN, a la que visito cada vez que salgo de mis sesiones de quimio y radioterapia. En realidad no voy a orar, no voy a pedirle nada, ni que me sane, ni que me quite mis dolores, ni ha ofrecerle cambiar mi vida si me sana, no. Solo entro a esa capilla, para mirarlo en silencio. Me siento bien mirándolo. Es algo así como un enganchamiento, no doctrinario, ni religioso, ni mental. Simplemente siento una paz interior infinita solo de mirarlo y de estar cerca de Él. Siento que nos miramos en silencio, con una complicidad mística que me da paz y tranquilidad. Cuando estoy allí frente a Él, mirándolo siento que no tengo cáncer. No siento dolores ni sufrimiento alguno. Todo lo veo claro y lúcido. Es muy extraño, pero es una sensación que me ayuda a seguir adelante con mi fe.
III
Esta Navidad, sera diferente no por mi enfermedad, sino porque he comprendido que ese día nació Cristo, y con Él nacio la esperanza para todos los que sufren, que Él estará allí en algún lugar, para nosotros, para acompañarnos, sin pedirnos explicaciones, sin reprendernos, sin culparnos, solo allí, con su mirada sabia para decirnos que nos ama, así como somos, con nuestra imperfecta condición humana, y que nos dejó su palabra, para aferrarnos a ella e iluminar nuestra propia oscuridad, asi como lo hace cada noche cuando prendo mi linternita, para no despertar a Nefertiti, y abro mi Biblia en cualquier página para encontrar su palabra, que me llena de paz y esperanza en la vida.
Ojoavizor

sábado, 12 de diciembre de 2009

La paciencia

I
Yo nunca tuve la virtud de la paciencia. Siempre me esforzaba por obtener resultados inmediatos. Los resultados lo eran todo. Siempre trabajaba para llegar a los objetivos trazados en el tiempo esperado y si habían demoras, me molestaba mucho y presionaba a todo mi equipo de trabajo para no perder tiempo. Eso me fue dando una fama, en mi medio profesional, de cumplidor y eficiente. Lamentablemente, ese nivel de exigencia profesional inevitablemente le resta tiempo a la vida personal, familiar y sobre todo a los asuntos del espíritu. En otras palabras, me convertí en un "impaciente profesional". No daba tregua a ningún respiro, ni el mío ni el de los demás. Mi búsqueda por los resultados se convirtió en una auténtica obsesión. La impaciencia, me llevó a la crítica, es decir, todos aquellos que no eran eficientes, eran automáticamente criticados por mí como obstáculos para el desarrollo del plan trazado, y obviamente, y en ese espiral de "eficiencia", me convertí en un crítico acérrimo de todo burócrata ineficiente, y por ende, de todo el sistema político administrativo imperante. Mi obsesión porque los objetivos se cumplan, tenían definitivamente una base técnica y ética, pero el precio para sostener el cumplimiento de ellos en el tiempo se convirtió en un auténtico calvario para luego transformarse en una gran decepción. Fue un oscuro proceso que me convirtió en un ser desesperanzado, desmotivado, desalentado y finalmente muy resentido y arrepentido de haber dado tantos años de mi vida, a un servicio público, que por autonomasia, es ineficiente, lento, burocrático y sobretodo nada espiritual.
II
Después de tres años de estar lejos del servicio público, y sufrir diversas enfermedades, ahora puedo decirles, como experiencia propia, lo importante que es desarrollar la virtud de la paciencia. Ahora que estoy pasando por una etapa dura de tratamiento contra el cáncer, con mi rostro marcado con heridas, mi cuerpo lacerado y sangrante por los efectos de la quimioterapia especial que se me suministra, los dolores musculares, la ausencia de saliva y el sentido de sabor por los efectos de la radioterapia agresiva que se me está aplicando, con la herida abierta de mi brazo que hace dos meses el injerto no cierra, las náuseas, y sobretodo, el dolor físico que siempre doblega, humilla y controla, a pesar de las pastillas, ahora en medio de todo esto, estoy en condiciones de decirles, la importancia que ha cobrado para mí, el valor de la paciencia. Ahora comprendo en toda su dimensión, la paciencia que todo ser humano debe tener para esperar que los procesos de la vida sigan su curso como Dios lo dispone. Alguna vez leí del gran Krishnamurti, que la paciencia es "la ciencia de la paz". Efectivamente, cada día que me levanto de la cama para ir a mi tratamiento al INEN, con el cuerpo que no me responde, lavándo mis heridas, con mis fuerzas físicas al límite, que hay una fuerza muy poderosa que hace que lo logre: la paz de mi espíritu. Y eso es lo que hago, estoy aprendiendo a tener paciencia. Ahora entiendo que cada lucha, cada evento, cada proceso, tiene su tiempo. Que cada persona tiene sus propios tiempos y en vez de juzgarlas solo hay que ayudarlas y entenderlas en su proceso. Ahora es mi tiempo de luchar contra esta cruel enfermedad, aprender de cada etapa de esta lucha, entender que el ser humano se va transformando cuando va superando cada etapa, y estoy seguro que al final de esta lucha, habré logrado aprender a plenitud, esa maravillosa virtud que nunca tuve: la de tener paciencia, esa paciencia que tanto se necesita para vivir en la fe.
III
Cada día observo a Nefertiti levantarse a las 4 de la madrugada para preparar todo a Manzanilla y Manzano que van al Colegio. La veo hacer de todo en la casa, trámites en la calle, acompañarme al INEN, llevando sus enfermedades en silencio, para dar prioridad a la mía, terminando "la azotea" maravillosa que ha levantado para todos nosotros pintada de verde y llena de macetas con flores y juguetes de los niños, la observo como guarda sus lágrimas para no quebrarse, cuando tiene que ir sola a la graduación de Manzano en su kinder, guardando en lo mas profundo de su ser, el dolor de saber que en ese preciso momento que le dan el diploma a Manzano, yo estoy en plena quimioterapia a varios kilómetros de allí. Si, Nefertiti también está aprendiendo de la paciencia, la de esperar a que su amado esposo se cure y poder compartir de nuevo todo junto a todos. En eso estamos todos los que me quieren, familiares, amigos, todos esperaremos con paciencia a que Dios manifieste su voluntad de darme una nueva oportunidad para poder enseñar a los demás, con mi propio testimonio, que con la paciencia, todo se logra si es que se tiene fe.
Ojoavizor

lunes, 30 de noviembre de 2009

Los caminos

I
Todos los seres humanos tenemos un camino. A veces compartimos caminos momentáneamente, pero la mayoría de veces esos caminos terminan bifurcándose en el tiempo. Y es natural. Todo cambia. La vida tiene sus propias rutas que se nos van mostrando conforme vayamos avanzando. Es que eso es precisamente la riqueza de la vida. Siempre nos deparará un recodo, un cambio de ruta. Muchas veces, por esas cosas del destino, nos encontramos en el camino con seres maravillosos con los que desarrollamos lazos de amor, de amistad, de aprendizaje, de espiritualidad, que jamás se rompen, pero por circunstancias de la vida, los caminos se bifurcan y nos alejan físicamente de esos seres que nos dan felicidad. Ese es el caso de nuestra querida amiga "La Virgencita". Ella es una doctora gineco-obstétra, cuya amistad desarrollamos con Nefertiti no hace mucho tiempo, pero que despertó en nosotros un especial cariño y confianza, por su forma silenciosa y reservada de ser. Ella es hija de nuestros queridos amigos "La Leona" y "Fénix", quienes en todo momento nos apoyaron en los momentos más difíciles. A "La Virgencita" la llamamos así porque tiene un aura especial y una mirada transparente, propias de las virgenes. Además, su trabajo profesional consiste en ayudar con sus manos a recibir a niños a este mundo. Todas esas características hicieron que "La Virgencita" se gane nuestra simpatía y confianza, para posteriormente, después de todo lo que hizo por nosotros, ganarse nuestro amor y profundo respeto, al igual que a toda su familia. Lo triste del asunto, es que nuestra "Virgencita" tiene que regresar a su país: Venezuela, con su inteligentisima y bella hijita "Victoria". Allá las espera su esposo "Víctor", un buen hombre y médico gineco-oncólogo, para trabajar en una importante clínica ginecológica del interior de su país.
II
Cómo olvidar el momento cuando le pedí ayuda médica cuando me detectaron la recurrencia del cáncer. Cómo olvidar las lágrimas que derramamos ese día en el que dejó a un lado su profesión y se convirtió en esa "Virgencita" dándome ánimo y a la vez sufriendo ella misma por mi sufrimiento, como si fuese su hermano. Como olvidar todas aquellas mañanas en las que me acompañó al INEN, llevándome en su auto, cuidando que no me preocupe por nada, y tocando puerta por puerta para hacerme todo más fácil en los procedimientos administrativos del INEN, dada la urgencia de mi caso. Cómo olvidar las horas que esperó parada junto a mi hermano "El Buho", que también es médico, esperando una respuesta. Cómo olvidar sus visitas antes y después de la operación, junto con su esposo Víctor, quien ayudó a Nefertiti a ingresar a verme a la sala de cuidados intensivos. Cómo olvidar a toda su familia llorando en silencio por mí, evitando que yo los vea para no desmoralizarme. Cómo olvidar a toda la familia de "La Virgencita" que estuvieron junto a mi familia, dándome todo su apoyo en todo momento. Definitivamente Dios juntó nuestros caminos en el momento preciso. Ahora, "La Virgencita" tiene que irse a su país, para seguir con su vida junto a su esposo e hijita, pero a pesar de la alegría que nos da saber que lo hacen por su desarrollo, Nefertiti y yo estamos tristes, y no lo podemos ocultar. No lo queremos evidenciar pero es la verdad. Así como lo están sus padres "Fénix" y "La Leona". Sabemos que será duro para ellos sobre todo por "Victoria", su bella nieta. Es que así es la vida, los caminos se bifurcan para hacerse nuevos caminos, y así sucesivamente.
III
Mientras que nuestros caminos con "Fénix" y "La Leona" sean los mismos, estaremos allí, con ellos. Como si fuésemos su familia. Porque las familias no solo son las de sangre sino las que se hacen con amor, solidaridad, respeto y entrega. Te extrañaremos mucho, querida "Virgencita". Cada vez que vaya al INEN recordaré tu imagen de hermana, con papeles en la mano, tocando puertas para mí. Nunca lo olvidaré. Por mi parte te prometo que lucharé hasta donde Dios quiera, para intentar que nuestros caminos algún día se crucen de nuevo, y podamos con nuestras familias, recordar lo maravilloso que es cultivar el amor de la amistad. Un abrazo para siempre deseándote a tí, y a toda tu linda familia, lo mejor del mundo. Se lo merecen.
Ojoavizor

sábado, 21 de noviembre de 2009

El Arco Iris

I
Estaba sentado en medio en la sala de quimioterapia del INEN, con cincuenta personas todas con sus cabecitas calvas, como la de Nefertiti, pero la diferencia es que todas tenían cáncer, incluido yo. Habían una niñita con Síndrome de Down, que no se imaginaba nada de lo que ocurría con su cuerpo, no sabia que le estaban inyectando químicos altamente tóxicos, pero ella seguía riendo, jugando con sus deditos, feliz en medio de la lucha por la vida. Habían viejitos resignados a cumplir dignamente con la última etapa de su vida, algunos con ganas de irse pero con familiares que se resisten a dejarlos. Madres jóvenes, que escuchaban la música del "Grupo Cinco" de moda, y leyendo su revista de chismes como si nada pasara, como si la vida fuera una aventura más, un placer más que gozar antes que la vida se acabe. Otras pacientes, riéndose y haciéndose bromas retando a la muerte con la risa de la vida. Por primera vez ví a una persona que casi ya no lo era. Era un esqueleto tapizado por el dolor pero con sus ojos desorbitados que se resistían a seguir viviendo.
II
En medio de mi observación, una enfermera se me acerca amablemente y me dice: "a ver guapo ahora te toca tu medicina". Yo me avergoncé, me reí y le dije: "¿Cómo voy a ser guapo si estoy con la cara marcada?, y me respondió: "por favor no solo eres guapo, eres precioso". Sus palabras me impactaron tanto, tanto, que realmente sentí que todas ellas eran unos angelitos de Dios que nos recuerdan la belleza de nuestro espíritu. Eso me motivó, ya que era la primera vez que recibía quimioterapia, ya que en el anterior tratamiento solo recibí radioterapia. En esa sala empecé ha entender cosas que solo las personas enfermas podemos entender sobre la condición humana. El valor de la fe, la visión clara del presente, la necesidad del perdón, dejar el peso del resentimiento, dejar de juzgar, y todas aquellas cosas que no nos dejan ver la simpleza de la vida y la belleza de la creación. Nadie en esa sala luchaba con nadie, todos estaban unidos, su única lucha era contra la muerte.
III
El tratamiento que me aplicarán es en base a un medicamento de última generación que está hecho específicamente para mi tipo de cáncer. Es un "anticuerpo monoclonal", sustancia biológica que apunta, en pocas palabras, a encapsular cualquier célula cancerosa que pueda haber quedado después de mi exitosa operación. De acuerdo a los oncólogos expertos de todo el mundo, es un medicamento que revolucionará el tratamiento del cáncer en el futuro, ya que no es tóxico y solo ataca a las células malignas sin dañar a las benignas. Gracias a Dios el seguro me cubre gran parte del costo de cada ampolla, cuyo costo es prohibitivo para la gran mayoría de personas de un país pobre como el Perú. En ese sentido, siento que es un milagro que me lo puedan aplicar a mí, y parte de ese milagro es tener a toda mi familia ayudándome. Por eso mismo, cuando ví que la sustancia empezó a entrar en mis venas, cerré los ojos y oré. Le pedí a Dios que el líquido transparente se convierta en su sangre. Nunca antes, desde que estudié para ser físico, junté tanto la ciencia y la fe. Luego, llamé a mi hermano "El Buho", con el que me une una relación espiritual muy fuerte, y le dije que la savia vital estaba ingresando a mi cuerpo y que mi fe me sanará. Nefertiti, con el corazón atravesado tuvo que irse a la mitad del tratamiento, a participar de una actuación de mi hijo Manzano en su colegio. Nuestro otro angelito Lucy, le tomó la posta, esperando afuera de la sala las tres horas que duró la infusión, esperando que no haya ninguna reacción alérgica, como muchas veces ocurre. Le escribí a mi generoso hermano "Tanaka" que todo iba bien. En fin, nuevamente muchos estaban pendientes de mí, y eso me abruma en medio de tanto dolor humano a mi alrededor.
IV
Cuando llegué a casa, la única reacción que tuve fue un poco de fiebre y tembladera, pero nada insoportable. Me acosté y sentí que la sustancia comenzaba a actuar. Sentí que Dios ordenaba a la sustancia escanear cada célula de mi cuerpo, y que destruya cualquier enemigo. Sentí que Dios estaba conmigo, en esa lucha, que a pesar de todos los pronósticos, nada tiene sentido, que todo puede ocurrir, que su voluntad es lo que prevalece, y que esa voluntad se expresa con señales, siempre con señales. Y así fue. Mi hermano y maestro "El Buho", me escribió un e-mail al otro día, desde Cuzco, ciudad santa y sagrada, diciéndome: "Querido hermano, ayer, justo después de conversar contigo por la tarde asomé a la calle y ví este hermoso arcoiris sobre San Blas. Un buen auspicio para todos... Un abrazo". La foto de ese maravilloso arcoiris la pueden observar al inicio del post. Es una foto real, tomada por él. Esa son pues, las señales de Dios, sobre todo las que generosamente me envía siempre desde Cuzco, como hace más de 25 años cuando escalé el Waynapicchu, y me comprometí a regresar (Ver: http://ojoavizorlimaperu.blogspot.com/2008/09/la-seal.html). Por eso, cuando acabe mi tratamiento, haré un peregrinaje a Cuzco a agradecer la señal. Tengo que encontrar la fuente que está al final del arcoiris.
Ojoavizor

jueves, 12 de noviembre de 2009

La azotea

I
Hace unos días Nefertiti empezó a realizar uno de sus sueños más preciados: construir algo en la azotea de nuestro duplex. Ese sueño lo tuvo desde que era niña, ya que el duplex le perteneció a sus padres, que generosamente fue cedido por ellos a nuestro joven matrimonio. El duplex está ubicado dentro de una sencilla Residencial, enclavada como un blanco lunar en medio del lujoso paraje que tiene el distrito más exclusivo del Perú. Sin embargo, por esos designios que solo Dios sabe, nuestra familia vive allí, en medio de ese extraño contraste que existe entre esas dos culturas que actualmente tiene nuestro querido país. La cultura "chicha", informal, irreverente, pujante, electrónica, y la cultura formal, empoderada, prejuiciosa, "guettaria" y moderna. Siempre he creido que esa maravillosa mezcla cultural será para nuestros hijos, la tierra fértil que permitirá el florecimiento de unas fuertes personalidades creativas y libres. El hecho es que Nefertiti está feliz, con su proyecto "la azotea", y ha empezado a rodearla con unas rejas y mallas verdes donde se abrazarán las plantas más hermosas, creando un especie de vivero abierto al cielo. Es que desde nuestra azotea, tenemos no solo una agradable vista de todo San Isidro, sino una maravillosa vista panorámica del mar de la bahía de Miraflores, desde donde incluso, se divisa con absoluta claridad, en un día despejado por supuesto, la famosa Isla de San Lorenzo que se encuentra frente al puerto del Callao. Hace pocos días, mientras los artesanos del metal colocaban las rejas y mallas, Nefertiti y yo subimos por la pequeña escalera que improvisamos hace algunos años para poder acceder a la azotea, una vez allí, impactados por la vista del mar que teníamos frente a nosotros, ella con su pañuelo que cubre su bella cabeza sin cabello, y yo con mi brazo parchado con gaza y el cuello y rostro lleno de cicatrices, nos abrazamos en silencio, mirando el horizonte del mar azulado, y respiramos profundamente, el delicioso aire marino de nuestra azotea, que nos llenó de vida, ahora que tanto la necesitamos.
II
Nefertiti ya lo tiene todo arreglado. Como siempre. Piensa llenarla de flores y plantas de todos los tipos, olores y colores. Piensa convertir nuestra azotea, que estuvo durante años, llena del polvo de los vientos, y desechos del perro de algún algún vecino, en un oasis lleno de vida, en un vivero de paz donde poder sentarnos en una hamaca y poder ver juntos imaginarias estrellas en la noche de Lima, leerles a nuestros niños las mejores historias de valientes contra la adversidad, saborear las mejores parrilladas naturistas, encender los más aromáticos inciensos y velas, mirar la ciudad cuando duerme o cuando se despierta. Poner una piscinita inflable para poder revolotear con Manzanilla y Manzano, salpicándonos de sonrisas bajo el sol o bajo la luna de una noche de verano. En fin, Nefertiti ya tiene la azotea de sus sueños, y yo feliz porque ella es feliz. Su felicidad siempre será para mí un motivo más para querer despertar cada día, a la espera de un nuevo olor, un nuevo sabor, una nueva imagen, un nuevo sonido, un nuevo tacto, que me haga sentir que la vida es un regalo de Dios, porque eso es exactamente lo que siento, desde el preciso instante en que abro mis ojos día a día, con el beso de mis hijos cuando me dicen bajito en mi oído: "Chau papito, nos vamos al colegio, te queremos, que Dios te bendiga", y yo dándoles un beso a cada uno, me despierto recibiendo ese maravilloso regalo, y agradeciéndo profundamente a Dios por haberme dado tanto.
Ojoavizor
P.D. Nefertiti, te regalo esta hermosa canción, en la versión de tu cantante favorito, el gran Rod Stewart, que dice que el mundo es maravilloso cuando abres los ojos para verlo. Desde la azotea que construyes con tus manos y sueños, veremos el esplendor de la vida con nuestros niños, y nunca lo olvidaremos.

sábado, 31 de octubre de 2009

La máscara

I
Hoy se celebra en diversas partes del mundo la fiesta de "Halloween", fiesta que según algunos tiene una tradición anglosajona pagana muy antigua, criticada por sus contenidos consumistas y por sus supuestas prácticas oscurantistas. Bueno en mi país, hace treinta años hay un debate al respecto ya que paralelalmente se celebra "el día de la canción criolla", como homenaje a la muerte de una de las más queridas cantantes de vals criollo: Lucha Reyes, que murio un 31 de Octubre. En mi caso, ambas fiestas siempre han estado presentes desde mi niñez, generándome en días como hoy, recuerdos y sentimientos maravillosos, ya que para mí disfrazarme en "Halloween" y pedir caramelos casa por casa en mi barrio de San Antonio, siempre fue una de mis más hermosas ilusiones, esperada año a año. Cómo podría olvidar cuando me disfrazé de pirata y soñaba con conquistar todos los territorios llenos de caramelos y galletas, en contubernio con un numeroso grupo de amigos, niños como yo, con sus disfráces coloridos y descosidos, ya que en mi época, nuestros disfraces los hacíamos con las telas que les sobraban a nuestras mamás en sus costureros (en una época en que las mamás todavían cosían y no trabajaban fuera de casa). Cómo olvidar nuestras caritas pintadas con el hollín del corcho quemado, y los zapatos o botas de nuestros padres, con las que podíamos andar con las justas, ya que eran tres veces más grandes que nuestros traviesos y pequeños pies. Imposible de olvidar. Con todas las críticas que podrían haber contra la fiesta de Halloween, ninguna de ellas me podría hacer olvidar, la alegría de la frescura de esa noche cuando tocabamos puerta tras puerta con mis amigos, gritando al unísono un sonoro: "Halloweeeeeeeen", y ver el rostro sonriente de la dueña de la casa, regalando generosamente todo tipo de dulces y confetis a una banda de niños con sus caritas pintadas y con los trapos arrastrando por el piso, con sombreros viejos y máscaras de todos los colores. Todo era seguridad y alegría donde todos se conocían con todos. "Halloween" era en realidad, una gran fiesta donde los lazos de amistad se fortalecían y nadie era privado de recibir un dulce. Todos eran felices en esa mágica noche de brujas, donde hasta ellas, se volvían dulces y cariñosas viejitas de la fantasía de los niños.
II
Treinta y cinco años después, mi visión de los disfraces sigue siendo fuente de enseñanzas para mí. Sobre todo la parte que identifica más al disfraz: la máscara. Cuando los niños o grandes se disfrazan para una fiesta de "Halloween", privilegian el uso de la máscara o de algún tipo de pintura que de alguna manera transforma su imagen en algo que en el fondo queremos ser, o queremos dejar de ser. La máscara siempre dice algo de nosotros mismos. Algo que ocultamos pero que, sin querer, evidenciamos cuando nos disfrazamos. En mi caso, ahora que tengo el rostro marcado por cicatrices propias de mi última operación quirúrgica, he tratado de taparlas con mi mano, con polos de cuello alto, con la esperanza de cubrir la huella de mi lucha por la vida. Ayer, después de un gran esfuerzo por salir de nuevo a trabajar, y sintiéndome muy extraño ya que después de más de un mes, las personas que me conocen en mi entorno profesional recién me veían, grande fue mi sorpresa, al recibir de ellos las mejores impresiones de mi estado físico, diciéndome incluso que la operación "me había caído bien" ya que se me veía más delgado y con el rostro de niño. Yo no entendía nada. Me sentí más extraño todavía, pero me hicieron sentir muy bien. Por la tarde, Nefertiti, me pidio con mucho amor que la acompañara al cumpleaños de la hija de una de sus mejores amigas. Nuevamente, me costó mucho hacerlo, pero como yo le digo siempre a ella: "Una sonrisa tuya es para mi la mayor felicidad", la acompañé a esa bonita fiestita infantil, donde me sentí como una piñata, pero al ver que nadie me miraba y más bien las personas que nos conocían nos recibieron con cariño, incluso haciéndome bromas como por ejemplo: "deseas tomar un suerito", sentí al final del día, que la máscara que había llevado los últimos años, se había caído, y que mi verdadero rostro afloraba de nuevo, la de ese niño soñador que fue feliz en las calles de su barrio, gritando a viva voz: "Halloweeeeeeeen", y me sentí feliz de haber regresado.
P.D. Queridos Manzanilla y Manzano, hoy los llevaremos con mamá, a su fiesta de Halloween y papá irá disfrazado de "Robocop". También recordaré a su abuelo Oscar, que le gustaba escuchar los magníficos valses de nuestra querida Lucha Reyes, mientras su pequeño hijo "Ojoavizor", llenaba sus sueños con los dulces de las calles.
Ojoavizor

sábado, 10 de octubre de 2009

El matrimonio

I
Recuerdo como si fuera ayer, el momento preciso cuando el Padre Franco, de la Iglesia Virgen de Fátima de Miraflores, nos decía a Nefertiti y a mí, un día como hoy hace 11 años, que en el matrimonio los casados debían estar juntos en la salud y "en la enfermedad". En ese momento, los asistentes que escucharon esa frase podrían haberla tomado como un mero formalismo del ritual católico, propio de la ceremonia del matrimonio, y no prestarle importancia. Para la mayoría de parejas que se casan por la Iglesia Católica, frases como esas, en realidad, pasan desapercibidas. Entiendo que esto es así, porque lamentablemente, es signos de nuestros tiempos ver al matrimonio solo como un evento social, olvidándose de la poderosa carga espiritual que tiene el sacramento del matrimonio, para cualquier religión. En mi caso, cuando yo escuché esa frase frente al altar, hice ante Dios, un voto espiritual de cuidar a Nefertiti en su enfermedad, para toda la vida. Lo que nunca me imaginé, es que años después, sería ella la que terminaría cuidándome a mí de una enfermedad que llegó en silencio. Ya todos mis generosos lectores saben lo que pasó éstos últimos días. Hoy solo quiero escribir éstas líneas para dar testimonio ante todos, que a pesar que Nefertiti, al enterarse de todo, entró en un profundo desasosiego y angustia, y que por momentos reaccionó con dureza, no frente a mí, sino frente a la enfermedad que me había invadido, a sabido cumplir con entereza, el voto que ella hizo también junto a mí, frente al altar ese 10 de Octure del año 1998. Ahora, 11 años después puedo decir, que mi matrimonio, lejos de ser perfecto y siendo por momentos complicado, funciona en base a esos votos que nos juramos cumplir, votos como el de la fidelidad, estar juntos en la riqueza o la pobreza, y sobre todo, juntos en la salud y en la enfermedad. Nada ha sido fácil en nuestro matrimonio. Nada. Cada día que ha pasado ha sido un constante esfuerzo por seguir juntos en medio de ideas diferentes, temperamentos, y factores externos que siempre apuntan a separar a las parejas antes que a fortalecerlas. Sin embargo, con la experiencia que me da estos años, pienso que solo hay algo que puede hacer posible que una alianza matrimonial sea indestructible: la fuerza del amor y la fe inquebrantable en Dios, que hace posible todo, por lo menos en nuestro caso, eso es lo que nos ha funcionado, ya que sin ese amor y fe, estoy seguro que no hubieramos resistido. Ha habido demasiado dolor, demasiado sufrimiento, que ahora se ha convertido en esperanza y alegría, al darme Dios una nueva oportunidad de vivir y hacer feliz a mi familia. Dios ha bendecido una vez más nuestro matrimonio, y somos infinitamente felices por eso.
II
Recuerdo esa mañana llena de sol, cuando Nefertiti entró en la Iglesia, completamente hermosa, y yo con los nervios que me traicionaban. Mientras ella avanzaba hacia el altar, pasó por mi mente, como una película, los tres años de amor que viví con Nefertiti como enamorados y después novios. Nuestras familias al inicio se mostraron escépticas de nuestra decisión de casarnos, pero a pesar de eso, desde el día de nuestro matrimonio, nos acompañaron y apoyaron para desearnos la mayor de las felicidades. Los dos éramos unos jóvenes enamorados y sabíamos perfectamente, que éramos el uno para el otro. Sabíamos que ninguna otra persona en el mundo entendería nuestras personalidades. La verdad es que Nefertiti y yo somos personas muy extrañas y solitarias. Nunca seguimos las formas de ser "convencionales", e incluso entre nosotros tenemos formas muy distintas de entender la espiritualidad. Son muchos motivos culturales y familiares que se conjugaron para moldearnos así. Lo que le agradezco a Dios, es que nos haya dado la lucidez para darnos cuenta que nuestro destino era estar juntos para siempre, a pesar de todo, de nuestras discusiones, desbalances emocionales y espirituales, de nuestros aprietos económicos, de nuestra salud. Gracias a Dios, la llegada de nuestros maravillosos hijos Manzanilla y Manzano, selló nuestro amor. Ellos consolidaron nuestra alianza matrimonial, ya que, el amor que les tenemos, siempre ha sido la piedra angular de nuestra familia. Son dos niños tan puros y dulces, que mirando sus bellos rostros, nos hace entender nuestra conexión con Dios. Durante los días que estuve internado, tuve la foto de ellos frente a mí para darme fuerza, para seguir en la lucha, y a través de ellos, Dios hizo el milagro de salvarme la vida. Nosotros solo somos un instrumento de él. Estamos seguros, que el amor y el ejemplo que les damos, forjarán en ellos, a dos buenas personas al servicio de Dios.
III
Nefertiti, quiero renovarte una vez más los votos que hice hace 11 años frente a ese altar. A pesar de todos nuestros errores, quiero que sepas que valoro lo que hiciste por mí durante la operación. Sé lo duro que ha sido todo esto para tí, en tan corto tiempo. Perdóname si no te conté la dimensión de lo que me estaba pasando, pero lo hice para protegerte a tí a toda la familia. Pero ya todo pasó. Me has demostrado la entereza y la fuerza para superar cualquier dolor. Tú misma has comprobado ahora, que a una enfermedad no solo se le debe combatir con médicos y medicinas, sino con la FE en Dios. Mi propia vida te lo está demostrando. Ahora que ya lo sabes, estás preparada para superar todo, absolutamente todo, inclusive tú propia alopecia. A nuestras familias, les pido que nos sigan apoyando, sin límites, como lo han hecho durante todos estos años, pero ahora con más comprensión, fuerza y convicción. Que nos tengan paciencia, que solo nos muestren lo mejor que tienen. Ayúdenos a construir una nueva vida, llena de agradecimiento a Dios. Ahora lo que mas deseo en el mundo, es poder vivir mejor que antes, sin sufrimientos inútiles, sin secretos, con mi corazón abierto a todos ustedes, quiero que mi alma de "Ojoavizor" se expanda a mi familia, y me acepten con mi espiritualidad. Nefertiti y yo necesitamos, mas que nunca, del amor de todos ustedes. No se arrepentirán. Encontrarán lo mejor de nosotros mismos, Dios nos ha dado una nueva oportunidad, y la tomamos con mucha humildad, agradecimiento y esperanza en el futuro.
P.D. Feliz Aniversario Nefertiti, ahora si que lo celebraremos con toda la familia, porque los triunfos del amor hay que celebrarlos.
Ojoavizor

jueves, 1 de octubre de 2009

Los milagros

I
Muchas veces las personas creemos que las cosas pasarán de una manera determinada. Yo por ejemplo, creí firmemente que saliendo de mi operación quirúrgica, tendría un viaje astral de varias horas donde estaría frente a Dios, para entender cuál sería mi próxima misión. Bueno, y dado que jamás les mentiría en nada de lo que digo en éste blog, puedo decirles con absoluta sinceridad, que cuando desperté de la sedación, lo único que recuerdo es que me encontraba lleno de sondas, tubos, drenes y vías endovenosas, totalmente inmovilizado, con el cuello cubierto de gasas, ya que los cirujanos hurgaron por mi orofaringe durante 12 horas para retirar un terco tumor canceroso. En realidad no recuerdo haber tenido viaje astral alguno, y menos aún, haber visto a Dios. Era mi profundo deseo pero no ocurrió. Eso me deprimió mucho, en medio del dolor y fastidio post-operatorio. Sentí que Dios me había abandonado. Que no había estado conmigo durante esas horas. Qué todo había sido un juego de mi mente. Un anhelo propio de mi ego, para tratar de soportar tanto sufrimiento. Estaba confundido en esa cama, mirando el rostro de todos los que me visitaban y yo, sin poder hablar, seguía pensando, ¿porqué no tuve ese viaje astral que tanto lo deseaba?, ¿porqué Dios no me lo concedió?.
II
En éste último mes, ha vivido intensas y fuertes experiencias desde el momento que Nefertiti y toda mi familia, se enteró por primera vez, que yo tenía cáncer desde hacía un año. Se lo había ocultado a todos menos a mi hermano "El Buho", médico de profesión, pero mejor aún, amigo y confidente. Le pedí, bajo secreto profesional, que nadie debía saberlo, por muchas razones, fundamentalmente, porque no quería que las personas que me quieren sufran con las penosas y duras secuelas de esta cruel enfermedad. Siempre pensé que la familia del enfermo sufre el cáncer, más que el propio enfermo. La sorpresa y la impotencia de la misma, se convierte en una bomba atómica para ellos. Y conociendo a mi familia, y sobretodo, ha sabiendas del estado médico de Nefertiti, consideré una obligación no decírselo ha nadie para proteger la tranquilidad de sus mentes, sin descuidar claro está, todos los procedimientos de seguimiento de mi enfermedad. Lamentablemente, a pesar de todos los cuidados que tuve, el cáncer regresó, justo al año de habérseme extirpado un primer tumor en la misma zona, y pese ha haber recibido radioterapia. Bueno, el hecho es que regreso y había que afrontarlo de una manera definitiva y con todas las armas que quedan para poder erradicarlo, aunque ahora las "estadísticas" no me favorezcan. Así, ya los tiempos no eran para el silencio, sino para sumar fuerzas. Toda mi familia y amigos muy cercanos, se enteraron de mi enfermedad cuando estaba listo para ingresar al hospital, para que me realicen una operación de "cirugía radical", consistente en la extirpación, no solo del tumor, sino de toda la malla ganglionar izquierda que ya había sido tomada. Para ello debían abrir mi mandíbula para poder ingresar a mi orofaringe, extirpar todo el tejido dañado, y da allí realizar una delicadísima microcirugía reconstructiva de toda la zona, con tejidos, arterias y vasos sanguíneos de mi brazo. Como era una operación de riesgo y sin garantía de éxito, todos los pronósticos pre-operatorios no eran prometedores. Primero, tumor recurrente, segundo zona ya irradiada por radioterapia, tercero, posibilidades de quedarme de por vida con una "traqueotomía" para poder respirar, y una bolsa conectada directamente a mi estomago para poder alimentarme, dado que tendría que perder mi capacidad para deglutir, sin mencionar claro está, que la fonía y volumen de mi voz iba a cambiar irremediablemente, en otras palabras, iba a hablar sí, pero por el tubo del "traqueostoma".
III
En medio de todo esto, me sentí absolutamente inútil de manejar todo junto. Era demasiado. Sin embargo había tres pensamientos que me sostenían, en medio del huracán: mi fe en Dios, mis hijos y Nefertiti. Y bueno, contra todos los pronósticos médicos (ya que incluso dos de los médicos del staff, dijeron que mi tumor era inoperable), ocurrieron los milagros. El primero de ellos, fue la decisión que tomó la junta de médicos, después de una ardua deliberación, que tenía una última oportunidad de operarme, es decir, que podían hacerme una "operación de rescate". El segundo milagro, que luego de la operación mi voz quedó intacta, mi capacidad de deglución perfecta, que me sacarán el tubo de la traquea y que la microcirugía interna con implantes de piel pegó perfectamente con buen color, es decir, el colgajo microquirúrgico se integró con perfecta circulación sanguínea a mi orofaringe. El tercer milagro, fue la rapidez de mi recuperación funcional sistémica (tres días). El cuarto milagro, que el informe de patología, arrojó que el tumor había sido extraído "con bordes libres de enfermedad" es decir, había sido extirpado por completo, y en cuanto a los ganglios, de 60 ganglios que han en la malla, el cáncer había tomado solo uno de ellos, y no se había roto ni diseminado, resultados patológicos que han hecho que los médicos replantearan todos sus pronósticos, afirmándome ahora la viabilidad de una curación definitiva. El quinto milagro, Nefertiti a pesar de su situación emocional propia de su enfermedad, hizo de tripas corazón, y logró soportar con mucho esfuerzo el huracán, dándome la más grande de las sorpresas. El sexto milagro, que la compañía de seguros no me cubría los gastos en el hospital done me atendí, sin embargo haciendo una excepción, aceptaron cubrirla en un 85%. Al recibir todos estos milagros, comprendí que el tan anhelado viaje astral que había planeado para las horas de mi operación, no fue necesario. Dios con su sabiduría y misericordia, se encargó de hacerme sentir con sus milagros que en la vida, lo irrelevante de las decisiones humanas, y que mediante la fe se pueden obtener milagros que pueden cambiar nuestras vidas de un segundo a otro. Lo estoy comprobando y por eso soy absolutamente feliz.
IV
Los milagros hay que agradecerlos. En mi caso, quiero agradecer a Dios de una manera especial. La oración es importante pero siento que debo agradecerle de otra manera, es decir, descifrando su mensaje milagroso, ya que cada milagro representa una señal para mí. Ellos llevan dentro el mensaje de Dios con mi nueva misión. Él quiere que cambie mi vida. Ya no quiere mi soledad, mis secretos. Dios quiere que me deje querer y ayudar por los demás, y eso haré. Ya entendí mi nueva misión. En los próximos posts, les iré revelando conforme vaya avanzando, los cambios que realizaré en mi vida para hacer la voluntad de Dios. Siento que he vuelto a nacer, que Dios me ha dado una nueva oportunidad y la tomo con humildad. Quiero agradecer también a todos mis ángeles de la guarda. A todos aquellos que desde diversas partes del mundo (Barcelona, Madrid, Chicago, Texas, New York, Caracas, Santiago de Chile, Indonesia), oraron por mí en éstos momentos difíciles. Todas sus oraciones fueron escuchadas. A Nefertiti, por el esfuerzo y amor desplegado, cargando su propio dolor y desconcierto. A "Emilita" mi madre, por toda esa fuerza positiva que me transmite cada segundo. A mi hermano y cómplice "El Buho", que con su solo presencia permitió que no me derrumbe y su maravillosa esposa "Irene" que cuido a mis niños en medio del dolor de Nefertiti. A mi hermano "Sabana" y su esposa quienes hicieron una peregrinación a la ciudad de Otuzco, Trujillo, para pedir por mí a la "La Virgen de la Puerta" y traerme agua bendita de su fuente. El apoyo incondicional de "Tanaka" para el futuro. La fuerza de la poesía de mi hermano "Pito", que pronto verá la luz. A "Mi Virgencita" mi muy querida amiga, con la que pude llorar todo lo que no había llorado durante años, haciendo de mis lágrimas un océano de esperanza. A su esposo "Víctor", un generoso médico oncólogo que nos ayudó mucho con sus coordinaciones médicas. A mi "Leona" mi querida amiga y ahora hermana, que me protegió en todo momento con sus rezos a "San Miguel Arcángel" y me llevó de la mano a una misa de salud en la Iglesia "Virgen del Pilar". A sus amigas Raquel, que organizó un círculo de oración desde Venezuela, y la señora Carmen. Al gran "Fénix" por su invalorable apoyo que me permitirá trabajar sin moverme de mi casa durante todo mi tratamiento. A "Andrés" y a "German" dos ángeles alados de la Fuerza Aérea Peruana, que me donaron su sangre. A mi querido ingeniero "Lander", su esposa "Doña Teresita" y su hijo Lander Jr., quienes oraron por mí en su casa. A "Angelito" y "Chachín" que se encargaron de mis asuntos profesionales durante mi internamiento. A "Keven" por su sensibilidad hacia mí. A "Papa Noel" y su esposa quienes me apoyaron no solo económica sino espiritualmente con sus técnicas "Reiki" y oraciones desde la ciudad de Jakarta, Indonesia. A mi querida "Lucy" que es un angelito que Dios nos envió a nuestra familia, hace algunos años ya, y que ahora la siento como una hija más, por su dedicación a nosotros, por el cuidado de los niños, por su permanente sonrisa. A toda mi familia, hermanos, cuñadas y sobrinos, por demostrarme una vez más que somos un círculo de luz. A mis amigos blogueros, a Javier Ackermann, gracias por apoyar a Nefertiti en momentos de desconcierto espiritual, a Lili, Soñadora, Calpurnia, Juan Carlos mi querido amigo Gato, José, todos ellos por su sensibilidad y palabras de aliento. A tí Kreski, porque entré al quirófano, con muchas de tus sabias palabras en mi mente. A todos mis nuevos amigos de enfermedad, Julio, Elmer, Teódulo y Miguel, que compartieron habitación conmigo en el Instituto de Enfermedades Neoplásicas (INEN), quienes con su vida de sufrimiento me enseñaron con absoluta humildad y alegría, a valorar la mía y sentir que lo que me pasaba a mí, no era nada comparado con lo que pasa a otros. Gracias a todos.
V
Antes de la operación mi querida amiga "La Leona", me regaló un llavero con una hermosísima medalla de la Santa Cruz de San Benito, santo de la orden benedictina. Cuando lo recibí me sentí absolutamente impactado por su belleza y fuerza. Luego me enteré que esa medalla tenía un profundo significado y representa una de las tradiciones más antiguas de la religiosidad católica. Yo estudié en un colegio católico, pero nunca una imagen religiosa me había impactado tanto en toda mi vida. Su influencia fue tan fuerte que decidí, en los días previos de la operación, contactar por internet con el monasterio benedictino ubicado en Pachacamac, que es una ciudad semi rural situada a las afueras de Lima. Mi llamado obtuvo una muy gratificante respuesta. Recibí la visita, en mi propia cama del hospital, del Prior del monasterio. Un imponente monje inglés, de casi dos metros de altura, que se apareció como un santo con su túnica marrón oscura, como la imagen de la película "La Profecía". Me confesé con el antes de operarme como no lo había hecho hacía mas de 25 años. Yo por ello, me sentí profundamente aliviado y en paz. Me dijo que los milagros existen. Que Dios me iba a operar a través de los médicos, que no tema que Dios se encargaría de todo, dándome su bendición. Ahora, a más de una semana de la operación, y después de haberse dado todos los milagros que he mencionado, puedo decir, que el mayor de los milagros que he experimentado, es que Dios me ha dado una nueva oportunidad de poder cambiar mi vida. Que veo un nuevo horizonte al que me dirigiré, con el firme propósito de llegar a entender y practicar, el auténtico y real amor al prójimo, en toda su dimensión, aceptando sus alegrías y sus sufrimientos con actitud serena y sabia, como acepto ahora, los milagros que Dios generosamente me ha otorgado.
P.D. Hoy ya estoy en casa, y cumplo 45 años, he renacido, y quiero celebrarlo con todos ustedes. Gracias a Dios.
Ojoavizor

jueves, 10 de septiembre de 2009

La misión

I
Todas las personas tenemos una misión en la vida. Algunos, son conscientes de su misión desde muy jóvenes y se avocan a cumplirla. Otros ni siquiera se toman el trabajo de averiguarlo, dejándose llevar por la corriente de la vida sin ofrecer resistencia alguna. Pero hay también, un grupo especial de personas, que siendo conscientes de su misión en la vida, y habiendo dedicado gran parte de su vida a realizarla, su misión es radicalmente cambiada, de manera inesperada y sorpresiva. En este grupo me encuentro yo. Cuando terminé mis estudios escolares, pensé que sería un físico orientado a la aeronáutica, estudios que inicié y en forma repentina, cambié por mi actual profesión de abogado. Ese cambio lo hice motivado por una señal que tuve hace más de 26 años en el mágico Machupicchu. Ahora, "nuevas señales" me ponen frente a una nueva misión de vida. Una misión que, definitivamente, me exigirá, "nacer de nuevo" a la vida.
II
Desde hace un año y medio, me vengo haciendo chequeos rutinarios por prescripción médica por haber sufrido mi cuerpo el embate de varias enfermedades. Hace 20 días, en una de esas revisiones, apareció nuevamente una de esas enfermedades en mi cuerpo. Por ese motivo, debo ser intervenido quirúrgicamente, para poder seguir viviendo. Resonancias magnéticas de por medio, consultas a expertos y diversos trámites y coordinaciones, me han llevado, de un momento a otro, ha enfrentarme una vez más, con una nueva "misión" en mi vida. Mis generosos amigos bloggeros que me leen, estarán sorprendidos. Sí, pero así es la vida, llena de pruebas, de cambios repentinos. La operación será muy pronto y, según los médicos, durará 18 horas. Bueno, si para todos ustedes esto es sorpresivo imagínense lo que es para Nefertiti y toda mi familia. Sobre todo para Nefertiti, que acaba hace unas semanas, de curarse de una "hepatitis medicamentosa" complicada con una "neumonía", en medio claro está de su "asma" y "alopecía universal" que la tortura día a día. Ustedes se preguntarán: ¿Porqué tanto sufrimiento para Ojoavizor y su familia?. Bueno podríamos ensayar muchas respuestas, desde que si Dios nos está castigando, pero esto es imposible, ya que Dios es amor y él nunca castiga, o si hemos sido maldecidos por personas que nos odian, o ¿Acaso les hemos hecho daño a alguién?. No, tampoco creo esto. No creo que ningún ser humano que conozca pueda tener tanto poder para dañar nuevamente mi salud de esta manera. ¿Nos habremos apartado de Dios?. Bueno, no somos perfectos, hemos cometido muchos errores en nuestra vida, pero jamás hemos dejado de creer en él. Nuestra fe se mantiene incólume, ahora más que nunca. Entonces, qué está pasando. Porqué debemos sufrir tanto. Porqué.
III
Cada evento que nos ocurre tiene un propósito dentro de un plan divino mayor. Como decía mi hermano y maestro, "El Buho": "Nadie puede alterar la voluntad de Dios. Lo que sí podemos es hacer uso de nuestro libre albedrío para decidir cómo y de qué manera afrontar la ejecución de esa voluntad". En mi caso, todo el sufrimiento físico y emocional que estoy viviendo, lo asumo como una nueva oportunidad para fortalecer mi fe en Dios, y vencer el dolor, el temor, y la desesperanza. Siento que Dios está conmigo, ahora más que nunca. Que me está preparando para hacer su voluntad, no la mía. Y yo espero agradecido el mensaje, agradecido por todo lo que me dio en la vida, por haberme juntado con mi amada Nefertiti, quién a pesar de su propia enfermedad, ahora me apoya en la mía con su milagrosa transformación, "de pluma a roble", demostrándome que no hemos arado en el mar, y ser padres de nuestros maravillosos hijos Manzanilla y Manzano, por permitir que mi madre "Emilita" me engendre, y tener el buen padre que tuve, por crecer con todos mis buenos hermanos, por tener todos esos ángeles de la guarda que son mis amigos cercanos, cuyo apoyo y amor valoro tanto. En mi alma, solo hay agradecimiento, amor y fuerza, porque he vivido intensa y plenamente de acuerdo a mis propias creencias y ejerciendo siempre la más amplia libertad en mis decisiones. Asumo todos mis errores y pido perdón a Dios y a todos los que pude haber ofendido, directa o indirectamente, con mi equivocada conducta, a lo largo de mi vida, y perdono de corazón a todos aquellos que me ofendieron, ya olvidé todo, mi alma se siente ligera para el viaje.
IV
Me siento bendecido porque, tendré un hermoso viaje astral durante todas las horas que dure la operación quirúrgica, y sé que Dios estará allí, acompañándome como siempre con todo su esplendor y sabiduría. Percibo que tendré un "re-nacer" y que por fin conoceré mi "nueva misión" en la vida.
P.D. Nefertiti, te prometí regresar de este viaje, y cumpliré con mi palabra, como siempre lo he hecho. Ten fe en Dios, y sucederá. Dios protege a los que se aman. El amor me salvará, porque Dios es amor. Te amo.
Ojoavizor

domingo, 19 de julio de 2009

El insomnio

I
Estos últimos días siento que estoy bajo una intensa actividad espiritual. Soy como una antena que todo lo percibe, todo lo absorbe. Será porque Nefertiti está atravesando su propio proceso de recuperación, y yo, por las noches, nuevamente no concilio el sueño por el insomnio que me causa, no se si la cortisona que tengo que tomar por la infección bronquial que me aparece todos los inviernos, o si es la vigilia por las terribles noticias que vengo escuchando hace unos meses, por la prensa escrita y hablada de mi país, en donde nos llenan de muertes, intolerancia y crueldad, de pobres gentes que han hecho de su vida un espiral tanático sin fin. No puedo evitarlo, me afecta mucho escuchar y ver tanto dolor por eso me refugio de alguna manera en mi blog. Aquí puedo de alguna manera leer palabras sabias de mis maravillosos amigos blogueros, que vierten lo mejor de su alma para el beneplácito de todos.
II
Con Nefertiti trato de mostrarle lo mejor de mí, para que sienta que todo está bien, que todo mejorará, que saldrá adelante de su alopecía, que tendré más trabajo productivo cada día, que no le faltará nada, que nuestros hijos se educarán como hemos soñado, con valores y respeto al ser humano. Pero confieso que las contradicciones me invaden, cuando todos duermen, cuando estoy solo, allí mirando el techo de nuestra habitación, y puedo escuchar la cadenciosa respiración de Nefertiti, Manzanilla y Manzano. Durmiendo con sus caritas angelicales, inocentes, bellas, agradeciéndole a Dios cada segundo, por darme ese milagro de ser feliz de tenerlos. Es como una catarata de amor que me desborda, pero a la vez me remueve con su fuerza. Siento que ellos me acompañan, pero por momentos me pregunto si estoy dando lo suficiente, si todavía puedo dar más y más, hasta fundirme con sus expectativas. En medio de esos pensamientos nocturnos, con la sombra de la luz de la calle entrando por la persiana de la rectangular ventana, pienso también sobre mi futuro profesional. Me pregunto sobre qué caminos me esperan en medio de tantos cambios. Me siento como el capitan de un barco a la espera de nuevos vientos y muchas ganas de conquistar nuevos puertos. Me pregunto en medio de la noche, cómo será esa travesia con ellos. Si la comprenderán, si serán felices con la nueva ruta que Dios nos traze.
III
Cuando pensé que estaba solo con mis pensamientos, en plena oscuridad de la madrugada, Nefertiti se despierta y de una manera sorpresiva, con su voz firme como las colúmnas de un palacio egipcio, con el rostro solemne de una verdadera reina, sabia y poderosa, me dice con absoluta claridad: "Ojoavizor, yo te seguiré a donde tú nos lleves. No importa el lugar ni el tiempo. Solo sigue lo que te dice tú espíritu. No mires atrás. Estaremos allí. Escucha a tu voz interior y síguela. No te preocupes por mí, por nosotros, estaremos fuertes, yo soy más fuerte que mi enfermedad. Soy una luchadora y tú un luchador. Lo lograremos. No dudes un segundo. Creo en tí, porque eres un ser especial y eso lo vale todo". Yo, en silencio, en ese instante, en ese preciso instante, comprobé una vez más, porque la amaba tanto.
Ojoavizor

miércoles, 15 de julio de 2009

Los caminantes

I
Siempre me gustó caminar. Cuando era niño y hasta muy entrada mi adolescencia, caminé mucho por las calles del Centro de Lima. Me gusta caminar mirando su maravillosa arquitectura en todos los estilos y épocas: colonial, con sus tradicionales balcones, rococó, morisco, art decco, etc. A veces me quedaba horas mirando una perspectiva paisajista, ya que al hacerlo experimentaba una intensa sensación de felicidad por la belleza estética de esas estructuras. Me preguntaba qué arquitecto la habría diseñado, quiénes habrían vivido allí, que historias felices o tristes, se habrán tejido bajo sus techos. Lima es una ciudad hermosa. Siempre lo ha sido aunque ha veces reniegue tanto de ella por su tráfico, smog y su bulla con sonidos de todas las sangres. Tiene el blasón de ser llamada "la ciudad de los reyes" con sus tres coronas. Mi padre mi enseñó a quererla en nuestras interminables caminatas, en las que me llevaba de la mano acompañándolo durante horas en su recorrido en el que descubrí con orgullo, que mi padre fue muy querido y respetado en el Centro Histórico de Lima. El pesaba 130 kilos y tenía el rostro entre molesto y jocoso (espero no heredarle su peso). Fue muy generoso con todos sus amigos, les prestaba dinero sin que nadie se entere, y muchas veces no se los pagaban. Entendía las dificultades económicas de sus amigos, y sentía que debía ayudarlos, siempre me decía: "Hijo, nadie sabe lo de nadie en esta vida, hay que ayudar nomás, en silencio".
II
Caminar ayuda a aliviar el alma. Nos permite recoger nuestros "pasos perdidos" y "hacer camino al andar" como decía el poeta Machado. Cuando caminamos podemos sentir el pulso de una ciudad, de su gente, de su aire. Nos revitaliza fortaleciendo nuestras expectivas y sueños. Para mí, lo más hermoso de caminar, es sentir la sensación de ir al encuentro de la vida, que siempre nos espera en alguna esquina, plazuela, calle adoquinada o pileta rebosante de agua cristalina. Cuando miramos las casas en nuestro recorrido, podemos imaginar las historias de las gentes vividas dentro de ellas, de cuánto amor pudo haber en su construcción o cuanto odio pudo terminar con su belleza. Las calles o los parques que caminamos tienen vida, esa que le damos con nuestros pasos. Ellos están allí para nosotros, fieles a nuestras pisadas, para albergarnos y soportar nuestras penas o alegrías. Caminar es una forma de dejar nuestra vida en las calles de nuestras ciudades. Solo si caminamos seremos recordados en ellas. Nuestros pasos serán imperecederos. Como los pasos de mi padre que retumban en mis recuerdos.
III
Hoy Nefertiti me acompañó, como últimamente lo está haciendo (sintiéndome extraordinariamente feliz por ello), a realizar unas gestiones en el Centro de Lima. A ella no le gusta, no solo por su vetusta y descuidada arquitectura, según ella, sino por el miedo a que la asalten. Sin embargo, a mi cariñosa insistencia, accedió a caminar conmigo como dos chiquillos enamorados agarrados de la mano, por la Plaza de Armas, el Palacio Arzobispal, Palacio de Gobierno, el hermoso local del antiguo Correo de Lima, el Pasaje Olaya para terminar almorzando juntos en un muy simpático lugar. Estoy seguro que Nefertiti no olvidará jamás, la caminata de hoy y tal vez, algún día, Manzanilla y Manzano, nuestros bellos hijos, cuando sean mayores, sientan curiosidad por recorrer esas mismas viejas calles del Centro del Lima y escuchen el eco de nuestros pasos.
Ojoavizor

jueves, 2 de julio de 2009

El espejo

I
Hace muchos días que no escribo. En realidad no tenía ganas de hacerlo ya que he estado concentrado en re-descubrir áreas profesionales que hacía varios años había abandonado. Siempre me ha cautivado re-correr viejos y nuevos caminos, re-inventarme, re-hacerme, re-comenzar de nuevo, experimentar nuevas vivencias y en general, emprender nuevos retos. Es que para mí la vida misma es una oportunidad para re-plantearme todo de nuevo. Estoy, de una manera casi obsesiva, a la búsqueda de nuevos recodos de mi personalidad, de mi espiritualidad, y de mi lacerante humanidad. Aprender cosas nuevas, re-componer mis propias palabras, pensamientos, re-crear nuevas imágenes y sonidos que me acompañen en mi día a día. Ando al acecho de nuevas situaciones, perspectivas, ángulos, y cuando las tengo en mi mente, los mastico, las moldeo a mi gusto, las desecho, y con las partes que me queda, las reciclo multiplicándolas en infinitas posibilidades generando nuevas y dislocadas formas, y así sucesivamente. Esa forma de ver el mundo, me ha dado muchas satisfacciones en mi vida, pero, confieso que también me ha ocasionado duros momentos de ansiedad, depresión y sobre todo, desesperanza. Pero siempre que he tocado fondo, llego allí con la linterna de Diógenes, y no pierdo la oportunidad de investigar de qué está hecho el fondo. No tengo remedio, soy un investigador nato de mi propia vida y de mi entorno en general. No hay evento en mi vida, que no le haya buscado en algún momento, un significado.
II
Hace unos momentos, mientras estaba desarrollando algunas ideas para estructurar una debida defensa legal de un anciano y adolorido cliente, que está siendo demandado en forma abusiva e inmisericorde por una burocrática e ineficiente entidad de salud del Estado Peruano, que le quiere cobrar, a pesar de estar asegurado, los costos de una operación de transplante de riñon, realizada hace más de tres años; me quedé mirando por la ventana de mi estudio, las copas de esos frondosos y verdes árboles, que siempre están allí, pero que hoy los miré con "otros ojos". No entendía porqué los veía tan bellos, a pesar que los flanqueaban dos grises edificios, a los que incluso los comencé a mirar con cariño. Es que eso es lo maravilloso del ser humano. Que siempre tendrá la oportunidad de "mirar con otros ojos" las cosas que le rodean o su propia vida.
III
Desde su recaída, Nefertiti no puede mirarse a sí misma en el espejo del baño. Cuando lo hace llora inconsolablemente. La abrazo y sosteniéndola, le digo mirándola fijamente a los ojos, que todo es un proceso, que todo tiene un curso, que todo cambia, que nada es estático, que ese es el milagro de la vida, que hoy no tiene su cabello, pero que mañana puede crecer de nuevo, como ya ha sucedido, que en cada instante, estamos naciendo de nuevo, que cada día que nos miramos al espejo, podemos comenzar de nuevo.
Ojoavizor

domingo, 24 de mayo de 2009

El Viaje

I
Hace unos días me fui de viaje a la ciudad de Ica con Nefertiti, Manzanilla y Manzano. Fue el primer viaje, como familia, después de los últimos dos años en los que estuve mal de salud. Como estoy prohibido, por prescripción médica, de manejar por largas distancias, nos fuímos en ómnibus. Mis pequeños hijos estaban felices. Era la primera vez que viajaban con papá y mamá. Toda una nueva experiencia y aventura para ellos. Nefertiti recibió la noticia del viaje por sorpresa, un día antes de partir. Ella está acostumbrada a mis viajes de trabajo de dos o tres días máximo, pero nunca imaginó que los llevaría a todos ellos conmigo. Eso fue lo más emocionante del viaje: la sorpresa. Siempre me gustó viajar de sorpresa. Sin planear, sin rumbo. Cuando era muy joven, cogía mi mochila y mi guitarra y me iba a cuaquier ciudad de mi país. El destino lo decidía minutos antes de abordar el omnibus. Me fascinaba sentir la libertad de viajar sin rumbo, mirando como pasaban las líneas blancas de la carretera, los paisajes, el mar, los rostros de la gente, los olores nuevos. Siempre es bueno cambiar de ambiente. Ayuda a cambiar de piel y mirar las cosas de una manera sustancialmente diferente a la que estamos acostumbrados. Lo que más disfrute del viaje fue precisamente, el haberles transmitido ese espíritu viajero. Nefertiti, que acostumbra a planificar todo, con ese extraordinario sentido de la responsabilidad y orden, que la caracteriza, fue cogida de sorpresa por mi espíritu aventurero, y ligeros de equipajes, cojimos nuestras mochilas, y tomamos el autobus como una pandilla de adolescentes, ávidos de aventuras, sin planes, sin temores, dejando atrás el asfalto de la capital en busca de la libertad y el aire fresco de las plantaciones más hermosas que tiene la costa del Perú.
II
Jamás olvidaré el rostro de nuestros adorados hijos viajando con nosotros en el ómnibus, disfrutando los paisajes, jugando con los botoncitos de sus asientos, prendiendo y apagando la luz, llamando una y otra vez a la terramoza, abriendo las cajitas de su servicio de almuerzo, jugando al bingo, leyendo sus historietas de spiderman, viendo el antiguo video de superagente 86 en los televisores colgados del techo del bus. Tampoco olvidaré sus gritos de alegría cuando llegamos al hermoso y discreto hotel, y eligieron sus camas en la inmensa habitación con dos ambientes que nos reservaron. Nefertiti quedo prendada con el lugar, no solo por su comodidad, belleza arquitectónica, sino por el silencio que reinaba en el entorno. El hotel es una muy antigua y grande Casa Hacienda del siglo XVIII, con toda la decoración de la época. Como podría olvidar también, cuando los ví correr entre las plantaciones de páprika, espárrago, berries, granadas, y dentro de las más modernas instalaciones construidas como producto de lo que ha se ha denominado "el boom agropexportador" del Perú. Inolvidable será también, las imágenes que guardo en mis retinas, de mis pequeños resbalándose por las dunas del oasis de la Huacachina, junto con mamá, y animándo a papá a tirarse por la duna encima de una tabla, como un niño más de la pandilla, a pesar de estar convaleciente de mi operación de columna vertebral. Solo el amor que siento por todos ellos, logró que ejecute esa deliciosa e irresponsable travesura. Cómo olvidar el rostro de Nefertiti mirando la laguna, donde reza la leyenda, habita una sirena, imaginando por un momento que ella era en persona, seduciéndome con su canto de amor.
III
Hoy estamos nuevamente en la ciudad. Hemos regresado a la gran nube gris que cubre nuestra querida Lima, que nos impide ver su cielo, y junto a ella ha regresado inesperadamente la inclemente alopecía de Nefertiti, sumiéndola en la tristeza. Su cabello ha empezado ha caerse de nuevo y todo su mundo tiembla, a pesar de todo nuestro amor, a pesar del viaje maravilloso, de los paisajes, a pesar del rostro de nuestros maravillosos hijos, a pesar de mis palabras. Es que así es la vida. Una larga cadena de alegrías y tristezas entrelazadas de lágrimas y esperanza. Yo podría estar triste también, pero no lo estaré, porque sé que a pesar que Nefertiti tiene todo el derecho a estar triste, también tiene todo el derecho a ser feliz, y yo y sus hijos estaremos siempre allí para hacer que eso sea posible.
Ojoavizor

martes, 5 de mayo de 2009

Headphones

I
Después de muchos años me he reencontrado con la música. Todo a partir de la maravillosa presentación musical que, hace unos pocos días, varios de mis familiares nos regalaron ante un nutrido público en el magnífico auditorio de una prestigiosa Universidad. Gran trabajo el que hicieron. El orgullo y admiración que su presentación me causó, no hizo mas que encender mi espíritu musical, llevándome a la búsqueda de nuevos y refrescantes sonidos para mi espíritu. La búsqueda tuvo sus frutos. Encontré todo un manantial de sonidos, que durante años no había escuchado, por estar ocupado en cosas tan poco melodiosas. Ese redescubrimiento me llevó ha desempolvar mi ya oxidada y roja guitarra eléctrica que había tenido guardada muchos años después de haber intentado venderla, fallidamente, en innumerables oportunidades. Sus cuerdas se reencontraron con mis manos, para amarse y herirse de nuevo. Después de mucho tiempo, me he reconciliado con el lenguaje de la música, de manera tal, que he empezado ha esbozar lo que tal vez algún día será una canción, recordando mi época de adolescente, cuando escribía canciones y las cantaba frente a amigos o en algún pub barranquino. Eso fue hace mucho tiempo ya.
II
Hoy salí de mi casa temprano, con los "headphones" puestos, y he estado así todo el día. Solo me los quité cuando tuve mis reuniones de trabajo. Conducí por las calles observando a la gente, pero solo encontré rostros fríos, tristes, serios, desconfiados, agresivos. Miradas perdidas, angustiadas, deprimidas, asustadas, temerosas, necesitadas. Deseaba tanto decirles a todos ellos que se pongan sus "headphones", que escuchen música, que la música genera sueños y esperanzas de todas las formas y colores. Que levanta al deprimido, Que sana al enfermo. Que desconecta al ser humano de sus prejuicios y razones. Quería recordarles que la música nos humaniza, que hace vibrar nuestras más profundas fibras espirituales, como las cuerdas del más hermoso de los instrumentos. Que nuestros pensamientos se convierten en melodías interminables que viajan por el espacio, convirtiéndonos en seres livianos y maravillosamente imperceptibles.
III
El día de hoy, he sido muy feliz escuchando música con mis "headphones", como lo hacía hace muchos años, cuando creía que la música salvaría al mundo. Bueno, por lo menos, el día de hoy, me salvó a mí, y siempre estaré agradecido por ello.
Ojoavizor

sábado, 28 de marzo de 2009

El vacío

Entre la idea y la realidad
entre el movimiento y el acto
cae la sombra.
(T.S. Eliot, Los hombres vacuos)
Hay días en que nos sentimos solos. Sin nadie que nos acompañe, sin razones o sin rumbo. Son días en los que estamos llenos de preguntas sin respuesta, días en los que nos sentimos “vacíos”. Todos los seres humanos, en algún momento de su vida sentirán esa sensación de vacuidad. Nadie puede escaparse del “vacío”. Pero, ¿Es bueno a malo sentirse vacío?, ¿Porqué estar “llenos” o “plenos” de “algo” o de “alguien”, es una necesidad insustituible?, ¿Porqué no podemos estar “vacíos” sin sentirnos miserables, culpables o sufrir por ello?, ¿Porqué el ser humano le teme tanto al vacío?. Trataré de ensayar algunas respuestas a estas preguntas, aunque tenga que despojarme de todas mis creencias o argumentos, y quedarme literalmente “vacío”, por lo que los invito a todos a dejar, por un momento, toda su carga y a ingresar ligeros, en el leve mundo de la “vacuidad”.
El eco
Cuántas veces hemos escuchado el eco de nuestra voz. Eso sucede cuando estamos en una habitación o ambiente completamente vacío, y hablamos o gritamos y escuchamos como nuestra voz se repite varias veces. Eso es así porque nuestra voz son ondas que se despliegan en el aire y produce una determinada “longitud de onda”, que se puede medir en “decíbeles”, que solo son percibidas por nuestro oído. En realidad, este fenómeno nos revela que “el vacío”, por lo menos desde el punto de vista científico, en realidad no existe. Desde la perspectiva de la física, las “leyes naturales” lo gobiernan todo, así no las veamos, aceptemos o lo creamos, más allá de nuestra voluntad, dichas leyes están allí, entre nosotros, como un lenguaje secreto que nos envuelve y que espera ser descifrado. De la misma manera, pienso que funcionan las “leyes del espíritu”. Cuando percibimos cosas, sufrimos, nos alegramos, o cualquier otra expresión espiritual, desplegamos algo así como “ondas espirituales”, que son percibidas por nosotros mismos, y por los demás. Lo más difícil es percibir “el silencio”. Solo algunos privilegiados perciben el silencio o lo que es mejor, “la no-acción” o la “inacción”, como prefiramos llamarla. Estas “conductas omisivas” son las que se relacionan más con lo que conocemos como “la sensación de vacío”. Así nos sentimos cuando creemos que nuestra vida no tiene sentido, cuando creemos o nos hacen creer, que no tenemos nada de valor, cuando carecemos de posesiones materiales a partir de las cuáles, la sociedad determina el “valor” de una persona. ¿Alguna vez hemos intentado entender nuestro “vacío”?. ¿Hemos percibido el eco de nuestro espíritu, en medio de nuestra soledad, en medio de la nada?. Intentemos recordar aquellos duros momentos en los que a todo ser humano le toca vivir. ¿No recuerdan haber escuchado una especie de voz lejana y vacía, que no dice nada, pero que está allí?. ¿Recuerdan haber estado en lo que creían “su límite” de resistencia, y luego haberlo pasado sin haberse dado cuenta?. En mi caso, lo he experimentado innumerables veces y lo sigo experimentando actualmente. Me siento como una antena de radio, que capta el eco de mi propia interioridad, y es en ese momento que siento que no hay nada “vacío” para el espíritu. El “vacío” es solo una referencia material. Todo está conectado, lo que ocurre es que, el actual nivel de desarrollo espiritual del ser humano, no nos permite por el momento, entenderlo. No hay nada que hagamos o que “no-hagamos” que no produzca un “eco” de amplio espectro, en la vasta dimensión de nuestra espiritualidad. El eco es transparente y silencioso pero viajará y llegará a todas partes. Conectará con otros “ecos” y formarán “el gran eco”, que será parte de una “gran armonía” espiritual.

Todos estamos conectados. Hay una “energía” que nos sostiene. En la historia, las civilizaciones le han puesto un nombre distinto a dicha “energía”. Las conceptualizaciones podrán ser distintas, pero el efecto es el mismo. La cultura Nazca, por ejemplo, que se desarrolló en la zona Sur del Perú actual, allá por el siglo I d.c., fue una cultura que expresó a través de su magnífica cerámica policromada, sin parangón en las culturas antiguas de América, una concepción espiritual del “vacío”, no dejando ningún espacio libre de color o de imagen en sus vasos ceremoniales. La cosmovisión de esta maravillosa cultura pre-hispánica, era una de “plenitud”. Los Nazcas le tenían “horror al vacío”. Concebían la vida presente, como un puerto existencial, en el curso de un “gran viaje”. Había un sentido muy claro de la vida, por ese motivo, enterraban a sus muertos, con sus pertenencias en vida, no por el valor material de ellas, sino por su creencia en su utilización en la nueva vida “en otro mundo mejor”.

Actualmente, la civilización moderna se ha sumido en una visión absolutamente materialista que ha reducido nuestra capacidad de percibir, sentir y soñar. La vida moderna, lamentablemente ha obstruido nuestras antenas que nos permiten percibir “el eco” de las diversas manifestaciones de nuestro espíritu. Los valores sociales y los mecanismos que los sustentan, han generado seres solitarios y sin amor propio. “Dime lo que tienes y te diré quien eres”, es la fórmula para tasar el valor del ser humano actual. Esta cruel medida y valoración, en una economía que no garantiza la igualdad de oportunidades, ni auténticos y reales canales de participación social, ha generado seres “escaneados” de acuerdo a su raza, cultura, situación y posición social, cercenando cualquier posibilidad de desarrollo del espíritu en nuestra sociedades. La industria armamentista, alimentaria y energética, en coordinación con los “magos de las finanzas mundiales”, tienen la misión de decirnos qué debemos comer, cómo debemos divertirnos, cual es el comportamiento “política y socialmente correcto” que debemos adoptar, cuando y cómo iniciar una guerra, para lo cual, reclutan a sus mejores soldados entre nuestros niños, formándolos en la cultura de la guerra, a través de los juguetes que simulan armas, que muchos padres, sin darnos cuenta y erróneamente, hemos comprado a nuestros hijos en alguna Navidad o cumpleaños, donde se debe festejar el amor y no la guerra. El “eco” lo escucharemos cada vez que nuestro espíritu esté abierto para escucharlo o sentirlo. El se explayará no porque haya “vacío”, sino porque viajará a través de esa inconmensurable red de conexiones armoniosas que nos envuelve cada día, y que no la vemos o notamos, porque diariamente nos llenamos de bienes materiales y de racionalidad, esa que justifica todo. Para percibir “el eco” de nuestro espíritu, debemos estar “vacíos” de todo egoísmo, envidia, poder, codicia y otros lastres. Solo así estaremos listos para escuchar, entender, y gozar la inmensidad, el equilibrio y la complementariedad de la vida o de la muerte. Llenemos “el vacío” de nuestra vida material con el eco de “la plenitud” de nuestro espíritu, limpiemos pues, nuestras antenas.
La soledad
¿Estamos solos?.¿Cuántas veces nos hemos sentido solos?. Golpeados por una desilusión amorosa, la traición de alguien que considerábamos nuestro amigo, la muerte de un ser querido o por ser excluidos de la sociedad por no compatibilizar con los cánones impuestos, y ser literalmente “muertos en vida”. ¿Cuántas veces hemos renegado de la vida, de nuestra “suerte” o de lo que nos ha tocado?. La soledad se convierte en esas situaciones en una salida. Los seres humanos tienden a aislarse cuando no son aceptados o cuando no son felices en comunidad y prefieren crear su “propio mundo”.
Allí encuentran la paz que no encuentran relacionándose con los demás. Esa sensación pacífica y agradable de los seres solitarios, en mi opinión, tiene una explicación. Es en ese espacio donde ellos pueden escuchar el “eco” de su propio espíritu, aunque no se percaten de ello. Estar solos es una buena oportunidad para “vaciarse” de materialidad y “llenarse” de espiritualidad. Las religiones, en ese sentido, son la expresión “organizada” de ese fenómeno. Tratan de dar a sus fieles, en sus Iglesias, ese momento de solaz y soledad espiritual que el tráfago de la vida diaria no puede brindar por su extremada “materialidad”. Pero la espiritualidad no solo puede desarrollarse en las iglesias o centros de oración, cada ser humano también puede generar su propio “espacio espiritual”, a su manera y de acuerdo a su propio sentir. Lo importante es que nuestra soledad nos ayude a crecer espiritualmente, y ha entender y tratar de descifrar el porqué de las acciones humanas, de los eventos inesperados, de la ley que mueve y organiza todos los movimientos y los silencios. Todo tiene un sentido. Nada está fuera del espíritu. El lo mueve todo, lo crea y recrea todo. La soledad es el estado natural del espíritu, por eso no debemos temerle. Debemos aprovecharla para expandirnos. Ella nos puede ayudar mucho a liberarnos del temor, que tanto daño hace al espíritu. Cuando somos conscientes y sentimos que nuestro espíritu trasciende, entonces no le temeremos a nadie ni a nada. Los seres humanos nos equivocamos constantemente, y siempre tenemos la oportunidad de re-crearnos, de nacer de nuevo, en éste o en otros niveles de vida. Cuando nuestros actos no son comprensivos y piadosos, inevitablemente nos alejamos del entendimiento de la arquitectura de la vida, y nos sumergimos en una “soledad espiritual”, esa que nos vuelve seres resentidos, llenos de razones y argumentos para no ser felices y no dejar ser felices a los demás.
El rompecabezas
Siempre he creído que los elementos de la vida son como un rompecabezas cuyas piezas esperan ser armadas para formar la imagen original. Dichas piezas antes de ser cortadas para ser piezas fueron parte de una misma pieza mayor, hecha con el mismo cartón. Así, cada vivencia del ser humano tendría su propia forma, esperando ser acoplada a otra vivencia de sí mismo y de otros seres humanos, y así, formar parte de un todo. Los actos erróneos del ser humano vendrían a ser piezas que no se complementan con la pieza matriz, y así, mientras más piezas fallidas, más tiempo tardaremos en culminar la imagen original.

Estimo que pasaran muchas generaciones más de seres humanos, hasta tener una noción más clara de la imagen original del rompecabezas de la vida. El reto es poder en nuestra vida terrenal, encajar la mayor cantidad de piezas. Cada pieza lograda será un avance hacia el conocimiento de nuestra interioridad. Así como cuando armamos un rompecabezas, cuya imagen final hemos perdido, y que a través de la fracción de imagen que cada pieza contiene, nos hacemos una vaga idea de la imagen final, podríamos ir identificando y encajando cada una de nuestras acciones de nuestra vida, que formarán parte de la imagen final de nuestro espíritu, que a su vez, tendrá un espacio específico en el rompecabezas mayor, todavía inaccesible a nuestros sentidos. Aunque las piezas de nuestro rompecabezas estén desordenadas o perdidas incluso, siempre tenemos la oportunidad de rehacerlas o volverlas a ordenar y encajar. Nada es definitivo. Esa es la maravilla espiritual del ser humano. Nada es definitivo, nada es absoluto, todo cambia y se regenera. Nada permanece inmóvil. Siempre podremos comenzar de nuevo. No hay fatalismos ni castigos ni pecados, el ser humano siempre podrá redimirse y volver a empezar, aunque ya no sea el mismo cuando lo haga, pero el cambio siempre estará esperándonos a la vuelta de la esquina. Por eso es que no debemos aferrarnos a la materia. Si ya el gran Einstein nos enseñó que ella está en una permanente transformación, nuestros espíritus son la expresión más vívida de esa transformación y mutación indestructible. No temamos al cambio, ni a la vida ni a la muerte. Cada evento en la vida es parte de un evento mayor. Solo seamos parte del cambio, fluyamos como el río, sin apegos, sin temores, no hay nada más libre que nuestro espíritu. Nuestro cuerpo es solo un vehículo, podemos trascender, percibir y ser parte del gran rompecabezas de la vida. Que dicen, ¿encajamos nuestras piezas?
La plenitud
No hay nada más pleno que el amor. Cuando una persona ama de verdad se llena de una especie de energía revitalizadora. La plenitud del amor es una de las mayores dichas que pueden tener el ser humano. Además, es el mejor transmisor de sabiduría, ya que si no fuera por el amor no sabríamos nada del perdón, del desprendimiento y de la creación de la vida. Cuando no tenemos o sentimos amor hacia alguien, nuestra vida se torna “vacía”.

El amor es fuente inagotable de espiritualidad. Por eso es tan importante amar y ser amado. Con amor se puede construir todo, es la materia prima para la elaboración de piezas del rompecabezas de la vida. Aquellos que no han encontrado el amor, no deben darse por vencidos, el amor les llegará en el momento menos pensado, solo deben tener paciencia, esa paciencia que como virtud del espíritu, se desarrolla en la espera. Todos podemos amar y ser amados, solo hay que abrir nuestro corazón a la vida, los seres humanos somos en esencia seres de amor, la energía del amor es inagotable y se distingue de la energía de la materia. Cuando morimos y dejamos esta vida material, nuestro espíritu trasciende por el amor. El espíritu es indestructible por la fuerza del amor. Cuando nuestro espíritu está pleno de amor, no habrá vacío espiritual. Por eso, cuando creamos que estamos solos y que nuestra vida está vacía, recordemos que el amor siempre estará disponible para nosotros, para recordarnos que, nuestra vida es una fuente infinita de posibilidades para construir todo lo bueno y bello que hayamos soñado.

Ojoavizor