domingo, 31 de agosto de 2008

Los gritos del corazón

Aprovechando el día del "Blogger", quisiera comentar el sugerente artículo de Mirko Lauer, titulado "Callejones Oscuros Digitales", publicado en el Diario La República de hoy (http://www.larepublica.com.pe/content/view/241109/559/). Allí, Lauer señala, textualmente, que "en los blogs es donde el insultismo mejor florece", y que "el desenfado radical atrae clics y libera grandes reservorios de furia reprimida que finalmente han encontrado el medio de expresarse. No son maneras de ser vulgar (hay cyber-insultos ingeniosos y sofisticados), sino gritos del corazón". Comparto la descripción que Lauer hace de uno de los aspectos (entre otros) más comunes y críticos del "bloggismo", sin embargo, me gustaría agregar algunas consideraciones adicionales.
Considero que el "blogger" que insulta es, en general, un "marginal" (ver mi post http://ojoavizorlimaperu.blogspot.com/2008/08/los-marginales.html, donde esbozo una tipología sobre "los marginales" en el Perú). El marginal es un tipo de persona que no goza los beneficios del "sistema vigente", y más aún, no comparte sus reglas, por lo que las infringe permanentemente. Sin embargo, "los marginales" necesitan expresarse, y muchas veces, la forma de hacerlo es a través del insulto, y más aún cuando ésta forma distorsionada de comunicación, está muy de moda. Lo que en realidad están pidiendo esos cyber-insultantes, es atención. Necesitan ser escuchados, en medio de su desasosiego, frustración e impotencia. En el fondo su corazón no quieren insultar. Quieren un cambio del statu quo. Por eso, pienso en la línea de Lauer, que esos insultos son en realidad, "gritos del corazón". En ese sentido creo que los insultos no debemos tomarlos como algo personal, sino como una expresión de alguien que, atacándonos, nos está pidiendo ayuda a gritos.
Para eso, los bloggers tenemos esta magnífica herramienta que nos proporciona el internet, para gritar al mundo entero, y sin restricciones, nuestros más profundos dolores, limitaciones y falencias, y pedir ayuda. Buscar que nos lean ya es una manera de hacerlo. Todos los seres humanos necesitamos ser estimados, queridos y respetados. Los bloggers no somos una excepción. Necesitamos encontrar el respeto que no tenemos en la "vida real", por eso lo buscamos en el "mundo virtual", aunque para ganarlo algunos necesiten, o les sea inevitable, recurrrir al insulto, como medio desesperado de expresión. El mundo ha llegado a tal nivel, que premia al que insulta mejor (Lauer los denomina cyberinsultos ingeniosos y sofisticados). Lo importante creo yo, es que no haya nada ni nadie, que pueda impedir ese grito. Que nadie con algún tipo de poder, pueda taparnos la boca con su burda mano, sin que los bloggers del mundo protesten firmemente. La blogosfera debe ser siempre el lugar donde podamos ejercer siempre, y de manera plena, nuestro derecho a "la libertad de expresión", nuestro derecho de gritar en todos los volúmenes y tonos. En ese sentido, comparto con Lauer cuando menciona que esa falta de censura, es el mejor aporte del blogging.
Por eso, ¡amigos bloggers del mundo!, celebremos éste día, con los gritos más fuertes de nuestro corazón, ya que no habrá nadie que pueda impedirlo.
Ojoavizor

viernes, 29 de agosto de 2008

Los marginales

¿Cuántos de nosotros no se ha sentido un "marginal"?, entendiéndose por "marginal", a todo aquello que está al margen de lo "oficial", "formal", "normal", "de moda" o cualquier calificativo que describa una conducta social "standard". En algún momento de nuestra vida, todos hemos formado parte (o lo seguimos haciendo), de ese "no tan pequeño" grupo de personas que viven "al margen" de los convencionalismos sociales, institucionales u oficiales.
Reflexionando sobre el tema he tratado de hacer una breve, y seguramente incompleta, pero funcional tipología de "los marginales peruanos", que paso a describir a continuación.
En primer lugar, tenemos a los "los invisibles". Éstos marginales sociales, son los auténticos desposeídos de nuestro país. Los olvidados, desde siempre, por el Estado. Los excluidos de la modernidad económica. Los no escuchados e ignorados, los permanentemente engañados, los discriminados por su raza y cultura. Tienen como característica principal de su personalidad, la pasividad. Solo desean no ser molestados en su mundo. Han desarrollado un auténtico amor propio, en base a una cosmovisión que los une de una manera intensa e indesligable a su tierra, ligamen que les ha permitido subsistir, durante siglos, bajo condiciones verdaderamente infrahumanas. Tienen sus propias reglas consuetudinarias de conducta. Para ellos las reglas del Estado oficial, no existen, porque sencillamente, el Estado no llega a ellos, y en consecuencia, no las cumplen. En suma, son los peruanos "invisibles" del famoso "Perú profundo".
Luego tenemos a "los tanáticos", que están conformados por seudo intelectuales, mayormente urbanos, con vocación violentista, que se han autoproclamado "defensores" y, "representantes exclusivos y excluyentes", de los derechos de "los invisibles". Son incendiarios, émulos de Nerón. Creen religiosamente, como Marx, que "la violencia es la partera de la historia", que la justicia solo puede ser alcanzada e impuesta, con la destrucción y la muerte. Viven en el lado oscuro, planeando siempre "el gran cambio", con el libro y el fusil en la mano. Son, en palabras de nuestro gran poeta César Vallejo: "Los Heraldos Negros que nos manda la muerte".
También tenemos a "los mesiánicos". Esta es una especie de marginales, que merecen un comentario especial. Son los que creen que vinieron a éste mundo, predestinados, para guiar a los demás. En la mayoría de los casos, son personas dotadas de inteligencia, facilidad para la argumentación lógica, buena memoria, buen verbo y discurso veloz. Todas estas aptitudes, van acompañadas de una apariencia física fuerte, imponente y obsesivamente pulcra. En sus relaciones interpersonales en general, son imperativos, impositivos, sectarios, calculadores, mitómanos, y creen tener siempre la razón y la "única" solución posible para todo. En su vida sentimental (si la tienen), son indolentes, insensibles y manipuladores. Asimismo, hacen gala de un gran carisma que logra, en la mayoría de las veces, encandilar a un ingenuo e inculto público. Paradójicamente, su aparente popularidad contrasta con la cruda soledad y vacuidad espiritual que soporta la carga de su aparente predestinación. En ese breve espacio de su soledad, experimentan la más profunda de sus miserias: la mentira. Saben que deben mentir para sobrevivir, ya que en esencia, un "líder mesiánico", está impedido de decir la verdad, ya que sus palabras se sostienen en discursos ideológicos (propios y extraños), que giran alrededor de una "falsa imagen de la realidad". Nada en su vida es auténtico. Todo en su vida es ilusión.
Para alegría de todos, existen también, los marginales de los mundos: "los artistas". Ellos tienen el especial talento de hacernos sentir que estamos vivos o muertos. Nos transportan a aquellas zonas de nuestro ser, que les son negadas a la razón. Son el puente entre lo conocido y lo desconocido, entre el amor y el odio. Para Sócrates, los artistas son "el daimon", aquellos "seres intermediarios entre Dios y los hombres". Se entregan a los demás, pero no pueden entregase a sí mismos. Viven al ritmo del eco de su propia soledad. Su único hogar es el escenario, solo allí se sienten seguros, fuera de él todo es confuso e intolerable. Son marginales por excelencia.
Finalmente, podemos divisar en el horizonte de la frontera marginal, a "los ermitaños". Ellos son marginales por decisión propia. Decidieron vivir en "el ghetto" de su propia individualidad. Son antisociales por antonomasia, críticos consumados, llevan su vida con estoicismo y se abandonan al amor sin límites. Los atrae irremediablemente, los amores imposibles. Idealizan y gozan, con cierto sadismo, el amor hasta las últimas consecuencias. Se deprimen con facilidad cobijándose bajo su propia sombra. Entre sus filas encontramos a intelectuales orgánicos, librepensadores, creativos y artistas frustrados. Dominadores del humor, la burla y la ironía. Son lapidarios con los mediocres, sus peores enemigos, y admiradores totales de los artistas, sus mejores amigos. Son en suma, seres disfuncionales al "statu quo".
Todo marginal siente la sensación de no encajar en el orden social vigente, y por eso quiere cambiarlo o simplemente ignorarlo. Se sienten la piedra en el zapato de alguién, la nota desafinada de la orquesta. Siempre estarán a la búsqueda de "la tierra prometida". Estoy seguro que cuando estén frente a ella, habrán encontrado una nueva razón para seguir buscando.
Ojoavizor

lunes, 25 de agosto de 2008

Los diálogos con Platón

Cuando era estudiante en la Universidad, tuve la suerte de ser alumno del excepcional filósofo peruano, el maestro Juan Antonio Russo Delgado. Era una persona malhumorada y pocos entendían porqué. El fue un filósofo cultor de la filosofía fenomenológica alemana (hizo una traducción inédita de una de las obras del gran filósofo alemán, Martin Heidegger). Cada vez que hablaba o se cruzaba con personas indisciplinadas o de pensamiento flojo, montaba en cólera, mal temperamento que le generó, no muy pocos, detractores y críticos, no de su magnífica obra filosófica (plasmada en varios libros), pero si de su mal carácter.
A pesar de su complicada personalidad, el maestro despertó en mí, una extraña necesidad de ser su discípulo. Eso implicaba que debía prepararme mucho, antes de acercarme a él, para no despertar su enojo por mi indisciplinada juventud. Para esto, lo primero que hice fue comprarme un librito, muy bueno por cierto, que contenía la traducción de todos los escritos de "Los presocráticos", en una edición de bolsillo del Fondo de Cultura Económica de México (FCE). Poco a poco, fui formando una pequeña, pero sustancial, biblioteca personal de las obras de los más importantes filósofos. Paso siguiente, me matriculé en su curso sobre filosofía antigua en el famoso pabellón de Letras y Humanidades de la cuatricentenaria Universidad Mayor de San Marcos, Decana de América, en la que el maestro Russo enseño desde el año 1957 hasta el año 1987. Habían muy pocos estudiantes, ya que el maestro tenía fama de reprobar (en el Perú le decimos "jalar") a más del 80% de los alumnos matriculados en su curso, ya que para el maestro Russo, "el conocimiento exige mucha disciplina y pasión", virtudes que eran y son, cada vez más escasas en la juventud de todas las épocas. En resumen, ser alumno del maestro Russo, era un gran reto académico que desanimaba a la mayoría de los estudiantes, que preferían escoger profesores "light" y aprobar sus cursos sin contratiempos innecesarios.
Tuve mi primera clase con él, una tarde del año 84, que nunca voy a olvidar, ya que llegué tarde a su clase por haberse cruzado con el horario del examen de otro curso. Me recibó con una frase filosóficamente lapidaria, que si mal no recuerdo, decía lo siguiente: ¡Alumno, tenga mas cuidado con el tiempo, que a pesar de ser relativo, nos ayuda a saber qué hemos dejado de vivir un presente. Tome asiento y trate de vivir lo que queda del presente!. Lo que en realidad hizo el maestro, fue darme una clase introductoria del pensamiento de Heráclito, que puede resumirse en la máxima: "nadie puede bañarse dos veces con las mismas aguas de un río". El río es el tiempo que transcurre inexorablemente en nuestras vidas. Todo es un eterno presente, con aspiración de futuro. En suma, el curso fue una exigente experiencia académica en la cual solo aprobamos "dos" de los "diez" alumnos matriculados. Uno de ellos, por talento natural a la reflexión filosófica, y el otro, por persistencia.
Pasaron los años y un día de otoño, caminando por la calle Schell de Miraflores, que durante muchos años fue uno de los distritos más hermosos de Lima, avizoré a unos metros de mí, al maestro Russo que iba caminando pausadamente y meditabundo, entre bellos árboles repletos de moras, que cuando caían al piso, se maceraban entre los pasos perdidos de la gente, emanando un agradable olor a bosques silvestres. Me acerqué con respeto, pero con fundado temor a que me rechaze con su acostumbrado mal temperamento. Doble fue mi sorpresa cuando al saludarlo, me miró con una amplia y sabia sonrisa, reconociéndo inmediatamente a su persistente ex-alumno del curso de filosofía griega de años atrás. Disipados mis antiguos temores, me atreví a preguntarle qué comentarios le merecía un verso del poema "Vuelta" del gran poeta mexicano Octavio Paz (Premio Nobel de Literatura en 1990), que entre varios versos, había uno que me gustó sobre manera y se lo mecioné al maestro con mucho interés, decía: "Elegir, es equivocarse". Se quedo inmóvil, y fijando la mirada en un punto perdido, con sus manos entrelazadas hacia atrás, me dijo: "Hijo, estoy de acuerdo con Octavio Paz (al que dijo conocer en un Congreso de Filosofía en México, allá por los setentas), elegir es un error, ya que elegir divide. Unifique. La verdad es demasiado compleja como para elegir. Todos tenemos una parte de la verdad, por minúscula que sea. Sume, no divida. Elegir siempre divide, y la división siempre es un error."
Después de algunos años de ese diálogo, atesoro esas palabras y he hecho de ellas la base de mi actual pensamiento sobre el poder del diálogo, y en consecuencia, hago un gran esfuerzo por practicarlo en mi vida diaria. En general, siempre recomiendo buscar soluciones negociadas ante una controversia o conflicto. Los juicios siempre implican elegir. Gana uno, pierde el otro. No busquemos ganar a costa del otro. Apostemos por el diálogo. Busquemos que todos los involucrados en un conflicto, sean ganadores. El diálogo equilibrado es el camino hacia la solución de los conflictos. El diálogo es lo que nos diferencia de los animales. Nos libera de la ignorancia, ya que siempre podremos aprender algo del otro. El diálogo es lo opuesto a la reacción instintiva, tan propia de los tiempos actuales, pero que nos causa tanto daño a nuestras relaciones interpersonales y nos impiden desarrollarnos como personas y como sociedad.
A los once años de la muerte del maestro Russo, recuerdo vivamente su rostro reflexivo, su cuerpo torcido, su terno oscuro de los años cuarenta oliendo a naftalina y su cabello canoso que revela el inexorable paso del tiempo. La calle Schell ya no es la misma. Ya no están las moras ni su exquisito aroma silvestre, pero en mi mente, quedará grabado para siempre el diálogo de esa hermosa tarde en la que el maestro Juan Russo dialogó conmigo, como Platón.
Que descanses en paz, maestro.
Ojoavizor.

viernes, 22 de agosto de 2008

Scouts del Mundo: ¡Siempre Listos!

Hoy, mientras observaba un colorido cuadro que conservo en mi casa con la imagen de las insignias de los "boys scouts" de todos los países del mundo, recordé con mucha nostalgia y cariño, la época cuando fuí un orgulloso "boy scout" que lideraba una "patrulla" denominada: "Las Águilas". Nombre que mis compañeros scouts lo elegimos, porque pensábamos que el águila es un ave inteligente, fuerte y precisa, virtudes que todos queríamos tener como patrulla.
Aprendí en esos años, muchas actividades útiles y buenas para un niño. Actividades tales como: hacer nudos, acampar, cantar pegajosas canciones scouts, participar de entretenidos juegos donde se privilegiaba la participación y no la competencia, dirigir el tránsito en Lima cada 30 de Agosto (costumbre peruana que se conserva actualmente como reconocimiento y apoyo a los policías de tránsito en su día institucional), colaborar cada mes con diversas organizaciones de ayuda social, caminatas en el campo, etc.
Cómo olvidar el hermoso uniforme que todos los boy scouts vestíamos, y que estaba compuesto por una suave pañoleta de colores sostenida en forma de corbata por un nudo de cuero (el color de la pañoleta dependía del grupo scout al que se pertenecía), camisa de drill (antes eran de color gris, actualmente son celestes) y las emblemáticas insignias, como la insignia del número y del lugar del grupo scout (que eran letras blancas con fondo rojo), el emblema de la blanca "flor de lis" (con el fondo púrpura), el pache del "siempre listo" (con letras rojas), y las insignas de especialidad, que eran redondas e indicaban las destrezas que distinguían al boy scout que las llevaba puestas. En mi caso, recuerdo que llevé cosidas en el hombro de mi camisa, las insignias de músico, electricista y atleta. Algunos llevaban parches conmemorativos de algún "Jamboree Mundial" u otros eventos scouts.
Ahora, tres décadas después de aquella maravillosa experiencia de mi niñez, pienso que el movimiento scout mundial (fundado por ese extraordinario ser humano llamado Lord Baden Powell), más que una organización es, en la práctica, una verdadera y auténtica disciplina de vida basada en los más importantes valores para el desarrollo del ser humano. Tiene como aspiración central, cultivar el espíritu y mantener un cuerpo sano, para estar en óptimas condiciones de servir a los demás, dado que "no se puede dar lo que no se tiene". En suma, la "filosofía scout" está perfectamente resumida en su famoso lema: "Siempre Listos". Por eso, creo que aquéllas personas que fueron boy scouts de corazón, nunca dejarán de ser "exploradores" de sí mismos, al servicio de la humanidad.
En fin, no sé si mis hijos, dentro de poco, quieran ser boy scouts. Los tiempos son otros y la actual organización scout también. Pero sí me encantaría que, sin necesidad de llevar el uniforme, practiquen en su vida diaria los valiosos preceptos de la disciplina scout, y que estén "siempre listos" para servir a los demás, con una hermosa "Flor de Lis" en sus corazones.
Un saludo scout
Ojoavizor

miércoles, 13 de agosto de 2008

La imparcialidad de Salomón

Qué difícil es ser imparciales no?. Ya sea en el seno de nuestra familia (cuando nuestros hijos pelean y, a gritos y llorando, piden la intervención "imparcial del papá o la mamá), en el trabajo (cuando somos jefes de una oficina o dependencia y debemos resolver algún problema entre nuestros empleados) y en general, cuando someten cualquier tipo de controversia a nuestra decisión.
Considero que una sociedad debe contar con ciudadanos imparciales, ya que la complejidad de la naturaleza humana, origina un sin número de conflictos entre las personas, que hace necesaria la intervención de terceros (jueces y árbitros) para resolver las controversias de los ciudadanos, y hacer viable la convivencia social. Pero, cuántas veces hemos sufrido frente al duro y cínico rostro de la parcialidad?. Muchas veces creo yo. Decisiones parcializadas que dañaron nuestra vida para siempre. Una decisión parcializada es siempre una decisión injusta, arbitraria y no pocas veces abusiva.
Los que más sufren con las decisiones parcializadas son los débiles, los sensibles, los pobres, los solitarios, los marginales, en suma, todos aquellos que no tienen el poder para revertir la decisión parcializada, y esta situación, muchas veces genera violencia y rebeldía social. Genera ciudadanos que "no tienen nada que perder".
Hoy día, conocí a otro de esos jueces que toman decisiones parcializadas, y mientras lo miraba, recordé la parábola bíblica del rey Salomón, que para resolver el dilema de dos mujeres que reclamaban la maternidad de un niño, tomó la decisión "imparcial" de matar al niño y partirlo en dos, para darle la mitad a cada una. Una de ellas, le pidió piedad al Rey para que no lo haga, y con un profundo dolor, renunció a su derecho de madre, con tal que no lo mate partiéndolo en dos. La otra, riéndose, le decía al Rey, que era una decisión "imparcial", ya que "ninguna de las dos" lo tendría para criarlo. En ese instante el Rey Salomón, cambió su decisión y se lo entregó a la otra mujer, que le rogó por la vida del niño, diciendo que su primera decisión le permitió descubrir la verdad, ya que solo una verdadera madre renunciaría a todo en la vida, por salvar a su hijo.
Definitivamente, el Juez que conocí el día de hoy, no se llamaba Salomón.
Ojoavizor

viernes, 8 de agosto de 2008

La antorcha de la vida

Hoy día mi esposa despertó muy temprano a toda la familia, para observar la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing. Estaba muy emocionada, y yo, feliz de verla tan feliz, ya que es muy difícil verla feliz todos los días, no por falta de amor sino por exceso de dolor. Por esos dolores del alma, que algunos seres humanos cargan, inexplicablemente, en la espalda. Mis hijos, como siempre dándonos exceso de amor, miraban inquietos en la televisión, a esa gran masa de seres humanos en el "stadium", vitoreando a deportistas del mundo entero con banderas de todos los colores, música de todos los ritmos y sonidos, fuegos artificiales, y en suma, una gran alegría por doquier. Era como si todos los países se hubieran puesto de acuerdo para ser felices al mismo tiempo. Fue allí cuando empecé a fabular.
Imagine que tomaba la palabra un hombrecillo con túnica blanca, con rostro de abuelito, y con una mirada que emanaba una profunda sabiduría. Era un viejito cordial, parecido al famoso "Joda" de la taquillera película de ciencia ficción "Stars Wars", que frente a miles de personas, decía en tono suave y pacífico, el siguiente discurso:
"Conciudadanos del mundo, quiero aprovechar esta magnífica oportunidad, para comunicarles que en los últimos 10 años, la humanidad ha reducido la pobreza en un 90%. Esto ha sido posible, gracias a la renuncia voluntaria de nuestros hermanos de las grandes corporaciones empresariales que fabricaban armas en el pasado, y que actualmente, canalizan sus recursos al desarrollo y distribución mundial del "maná", alimento elaborado con insumos orgánicos provenientes de todos los continentes. Asimismo, agradecer a los magníficos laboratorios farmacológicos e institutos de investigación médica, por haber puesto en los últimos 100 años, todos sus conocimientos y descubrimientos al servicio y alcance de la población mundial, pudiendo ahora felizmente anunciar, que el índice de mortalidad infantil y adulta por enfermedades conocidas y desconocidas, ha descendido en un 80%. Asimismo, no puedo dejar de mencionar el gran renunciamiento de nuestros amigos de la industria petro-química, por haber comprendido y renunciado, hace 60 años, al uso de componentes químicos nocivos a la naturaleza humana y al medio ambiente, que ha permitido que el día de hoy, podamos decir con alegría, que los niveles de calentamiento global en la tierra, se han reducido al mínimo, garantizándonos un consumo de aire y agua pura, para las próximas 50 generaciones. Por eso, al habernos convertido en un planeta limpio, con calidad de vida, salud y alimentación garantizada, el "Consejo Mundial de Representantes", está en condiciones, una vez más, de reunirnos, como lo hacemos cada cuatro años, para celebrar y practicar con agradecimiento y alegría, una de las máximas expresiones del ser humano: el deporte, y mostrar a las generaciones venideras, que sí es posible convivir en paz, sin pobreza, sin envidias, sin maldad, sin mentiras y sin codicia; siempre y cuando mantengamos encendido el fuego de "la antorcha de la vida" que todos llevamos dentro, y que siempre iluminará nuestro camino. Por eso declaro con alegría, inauguradas las Olimpiadas de Utopía 3,048."
Estaba disfrutando tanto ese momento, sintiéndome un espectador de ese maravilloso "nido" olímpico que ha construido China, cuando de pronto, recordé los gritos de los tibetanos y la matanza de la "Plaza de Tiananmen", sin entender cómo era posible que tanta belleza pueda coexistir con tanto dolor. Fue allí, cuando comprendí que mi esposa, a pesar de su cotidiano dolor, había recogido por unos minutos la "antorcha de la vida" y ninguna de sus lágrimas lograban apagarla.
Ojoavizor

sábado, 2 de agosto de 2008

La paciencia del éxito

Cuántas veces hemos reconocido con "alegría" el triunfo de algún familiar, compañero de trabajo, pareja, amigo o simplemente, el triunfo de "otra" persona?. Sin embargo, cuántas veces también, hemos reconocido con "falsa alegría" esos triunfos, cuando en realidad dentro de nosotros hemos experimentado, envidia por no ser "nosotros" los triunfadores. Y en ese supuesto, cuántas veces no nos hemos dicho interiormente (y a veces voz en cuello) "porqué él y no yo"?, restando el esfuerzo y mérito del otro.
También encontramos ese negativo sentimiento, a nivel "institucional". Es decir, cuando la institución o empresa en la que laboramos no nos reconoce nuestros logros profesionales, a pesar que muchos de esos logros, le han dado a dicha institución o empresa, un valor agregado o le ha significado obtener importantes ganancias económicas. Sin embargo, en contra de toda lógica, no solamente no se nos premia con algún "bono", sino que entra en acción, todo un "sistema de hostilización laboral", que viene (la mayoría de las veces), no solo del más alto nivel de dirección de la institución o empresa, sino que funciona como una "red institucional", que opera en forma silenciosa y oscura a través de acciones de diversa índole, orientadas a ocultar el logro, a destruir todo lo bueno que "el exitoso miembro" había obtenido a favor de la institución o empresa, o destruir su imagen personal, o finalmente, separar al "exitoso" del grupo por considerarlo un serio peligro al "establishment" institucional o empresarial, o mas propiamente a la "argolla o collera" (jerga muy peruana que denota a un grupo de personas ligadas por fuertes y comunes sentimientos de mediocridad basadas en la detentación del poder en un medio o ambiente social determinado).
Ésta desolada descripción, suena increíble no?. Sí, pero lamentablemente la vemos todos los días en nuestros hogares, centro de estudios, instituciones públicas, empresas, etc., es decir, es un mal que cada día se va extendiendo y agudizando en el Perú.
Porqué hemos caído a niveles tan bajos de cohesión social? Porqué no podemos ver en el triunfo o el éxito del otro un ejemplo a seguir? Podemos crecer como país, con una red social o empresarial con esas características? Qué ejemplos y enseñanzas le estamos dando a las próximas generaciones de peruanos? Habrá algo que se pueda hacer para cambiar ésta nociva práctica que deteriora el tejido social y nos impide crecer como Nación?
Pienso que una de las posibles causas de la proliferación e institucionalización de "la envidia" en nuestro país, se debe a la existencia de una cultura del "corto plazo". Los peruanos decimos que "somos" ganadores pero interiormente hacemos todo lo posible por obtener "falsos triunfos" por el camino mas corto (que la mayoría de veces, va de la mano con lo ilícito). No estamos acostumbrados a "ganar a largo plazo". Siempre buscamos el atajo. Somos "corto-plazistas". Y ese "corto-plazismo" ha sido incentivado durante siglos por sucesivos gobiernos y por grupos de poder, siendo "el rentismo" una de sus más clásicas prácticas (Se invierte 1 para obtener 1,000, en un año, pero obviamente, con el favor político del poder de turno). No hemos sido capaces de obtener importanes logros "con vocación nacional" a "largo plazo", salvo algunas actividades con valor agregado, como la gastronomía peruana que es producto de un largo proceso pluricultural de varios siglos, así como la actual y eficiente producción de pisco, espárrago, y algunos otros productos no tradicionales.
Los peruanos no podemos mostrar al mundo, ningún éxito en lo político o social, ya que ningún proceso de ese tipo, ha durado lo suficiente como para ver sus resultados y, tampoco hemos aprendido de los errores en el camino. Sin embargo, actualmente algunos expertos (yo no lo soy), dicen que la economía peruana ha mejorado porque se han mantenido invariables las políticas económicas de mercado desde los años noventa. Otros expertos señalan que solo el 30% de la población puede gozar de esa mejora. Veremos pues, con el tiempo, quienes tuvieron la razón.
En fin, creo que en vez de ser "envidiosos", debemos aprender del éxito de los demás. Ya que, el éxito (cuando es lícito), es producto de varios años (incluso generaciones) de esfuerzos, aprendizajes errores, sacrificios, etc., que a los exitosos les costó entender y realizar. Los políticos tienen una gran responsabilidad en la tarea de hacer y ejecutar políticas sociales que fomenten la competitividad de los ciudadanos con "igualdad de oportunidades" y que sean sostenidas en el tiempo. Una política pública del "reconocimiento" que premie y no castigue al ciudadano existoso (En ese sentido debo felicitar a la ONG "Ciudadanos al Día", institución privada sin fines de lucro que premia anualmente a lo mejor de la administración pública del Perú, para más información ver: http://www.ciudadanosaldia.org/).
Por favor políticos del Perú: ¡no generemos mas envidiosos!. Cuando se abusa del poder económico y político (del gobierno o partido político que sea), o se dejan de aplicar políticas económicas y sociales sensatas, justas y realistas, se están dando las condiciones para perpetuar esa enfermedad social de los peruanos llamada "envidia", que genera lo que algunos denominan "resentidos sociales". Rompamos el circulo vicioso. Librémonos de esa "tara" mental. Todos podemos ser exitosos si nos lo proponemos, y el Estado debe garantizar a "todos los peruanos", el acceso igualitario a una buena educación y formación profesional, madre de todas las oportunidades. Hay que forjar el perfil del "nuevo peruano": Competitivo. Responsable. Creativo. Respetuoso de las normas. Incorruptible. Solidario. Pero sobre todo paciente, ya que los logros llegan como producto de un complejo proceso que solo puede realizarse en el tiempo. No la "paciencia del fracaso" sino la paciencia que se requiere para obtener el éxito, como producto final de un camino lleno de esfuerzos y sacrificios, es decir: "la paciencia del éxito".
Ojoavizor