domingo, 27 de julio de 2008

Los límites de la coherencia

Cuántas veces hemos pronunciado un imponente discurso ante nuestros amigos o familiares (con algunos traguitos adentro) y con dicción engolada, vertir importantes conceptos sobre la honradez, la amistad, la veracidad, y cualquier otro valor, que al solo mencionarlos, cuál palabra mágica, nos ha convertido por unos instantes en seres honrados, fieles amigos, socios veraces y en general, mejores personas.
¿Cuántas veces nuestros políticos nos llenan de esperanzas con sus promesas electorales, y cuando son elegidos, y asumen el poder, se transforman en “otra persona”, con acciones absolutamente contrarias a las sanas aspiraciones que tuvieron sus electores?.
¿Qué esquizofrenia no?
¿Será que el ser humano contiene una irremediable vocación a la incoherencia entre el pensamiento y la acción?. ¿Será parte de su naturaleza? ¿Cuáles son los mecanismos que intervienen para que automáticamente aflore esa desaguisada "incoherencia" entre la consciencia y la experiencia del ser humano? ¿Porqué tememos tanto hacer o llevar a la práctica, lo que pensamos o decimos? y, ¿cuál es el límite de la coherencia?
La circunstancia, como decía Ortega y Gasset, es el marco de nuestra conducta. En ese sentido, pienso que la coherencia es un indispensable protocolo auto-impuesto de conducta que permite al ser humano mantener un curso determinado, predecible y sostenido de su propia acción, a lo largo del tiempo y en estricto cumplimento de sus propios principios, valores o ideología.
Pienso que los límites de dicha coherencia es “el cambio”, pero no cualquier cambio de intereses, apetitos o conveniencias personales, sino un cambio que esté basado en un “mejoramiento” de la escala de valores del individuo, proceso que debe darse después de una profunda, madura y honesta reevaluación de dicha escala, que le permitirá mejorar la calidad de sus acciones y seguir creciendo como persona y ayudar a crecer a los demás.
Por eso, ¡políticos del mundo!: los principios y las ideologías no se cambian todos los días, no es un menú del desayuno. Más coherencia por favor.
Ojoavizor

2 comentarios:

Anónimo dijo...

OJOAVIZOR: DESDE MI EXPERIENCIA PERSONAL, SOLO PUEDO DECIRTE QUE VIVIR CON COHERENCIA ES TAREA DIFICIL. SIN EMBARGO Y A PESAR DE QUE EL PROCESO FORMATIVO ES CASI INEXISTENTE COMO SOCIEDAD, EL PAPEL FORMATIVO Y MOTIVADOR DE AQUELLOS QUE ACEPTAMOS EL CAMBIO COMO MEDIO DE CRECIMIENTO, DEBE ESTAR EN EL EJEMPLO, EN ASUMIR Y EN TRATAR DE LIBERAR DE PREJUICIOS ALMAS Y MENTES PARA ENTENDER QUE LA COHERENCIA ES UN VALOR. VALOR QUE NACE, VIVE Y SE DESARROLLA EN LO MAS INTIMO DE NUESTRO SENTIR Y DESEO DE VIVIR EN ARMONIA CON NOSOTROS MISMOS Y LOS DEMAS. QUE LA INCOHERENCIA PUEDE SER TAN PODEROSA QUE OCASIONE UNA GUERRA O PROVOQUE UNA LAGRIMA Y QUE LA COHERENCIA PUEDE SER EL MEDIO PARA LOGRAR LA PAZ. NO ES SOLO UNA CONDUCTA NECESARIA PARA LA CONVIVENCIA. ES UN MEDIO, UN VALOR Y UN FIN. AQUELLOS QUE COMPARTAN ESTAS IDEAS SABRAN QUE ES TRABAJO DE CADA DIA. QUE EN NUESTRAS MAS SIMPLES ACCIONES PODEMOS CAER EN LA INCOHERENCIA Y QUE TRATAR DE VIVIR
CON COHERENCIA NO NOS LIMITA EN ACEPTAR LOS CAMBIOS Y EN LA BUSQUEDA DE NUEVOS CAMINOS. UN PEQUEÑO ESFUERZO EN HACER LO QUE SENTIMOS Y SENTIR LO QUE HACEMOS PUEDE HACER LA DIFERENCIA, VERDAD?

Ojoavizor dijo...

De acuerdo "ojoavizor(ra)", la coherencia no impíde el cambio. El cambio es su límite. Podemos traspasarlo siempre que querramos. Lo importante es que el cambio sea producto de un serio proceso de "mejoramiento" ya que ese cambio implicará el reemplazo de un valor o principio de vida por otro muchas veces opuesto lo cual exige que ese "nuevo valor" o principio, sea "mejor" que el anterior, pero mejor no solo en virtud de nuestros propios intereses sino que te permitan convivir en tolerancia con los demás y te ayúden a convertirte en una mejor persona cada día.
Gracias por tu valioso comentario.
Otro "ojoavizor".