sábado, 2 de agosto de 2008

La paciencia del éxito

Cuántas veces hemos reconocido con "alegría" el triunfo de algún familiar, compañero de trabajo, pareja, amigo o simplemente, el triunfo de "otra" persona?. Sin embargo, cuántas veces también, hemos reconocido con "falsa alegría" esos triunfos, cuando en realidad dentro de nosotros hemos experimentado, envidia por no ser "nosotros" los triunfadores. Y en ese supuesto, cuántas veces no nos hemos dicho interiormente (y a veces voz en cuello) "porqué él y no yo"?, restando el esfuerzo y mérito del otro.
También encontramos ese negativo sentimiento, a nivel "institucional". Es decir, cuando la institución o empresa en la que laboramos no nos reconoce nuestros logros profesionales, a pesar que muchos de esos logros, le han dado a dicha institución o empresa, un valor agregado o le ha significado obtener importantes ganancias económicas. Sin embargo, en contra de toda lógica, no solamente no se nos premia con algún "bono", sino que entra en acción, todo un "sistema de hostilización laboral", que viene (la mayoría de las veces), no solo del más alto nivel de dirección de la institución o empresa, sino que funciona como una "red institucional", que opera en forma silenciosa y oscura a través de acciones de diversa índole, orientadas a ocultar el logro, a destruir todo lo bueno que "el exitoso miembro" había obtenido a favor de la institución o empresa, o destruir su imagen personal, o finalmente, separar al "exitoso" del grupo por considerarlo un serio peligro al "establishment" institucional o empresarial, o mas propiamente a la "argolla o collera" (jerga muy peruana que denota a un grupo de personas ligadas por fuertes y comunes sentimientos de mediocridad basadas en la detentación del poder en un medio o ambiente social determinado).
Ésta desolada descripción, suena increíble no?. Sí, pero lamentablemente la vemos todos los días en nuestros hogares, centro de estudios, instituciones públicas, empresas, etc., es decir, es un mal que cada día se va extendiendo y agudizando en el Perú.
Porqué hemos caído a niveles tan bajos de cohesión social? Porqué no podemos ver en el triunfo o el éxito del otro un ejemplo a seguir? Podemos crecer como país, con una red social o empresarial con esas características? Qué ejemplos y enseñanzas le estamos dando a las próximas generaciones de peruanos? Habrá algo que se pueda hacer para cambiar ésta nociva práctica que deteriora el tejido social y nos impide crecer como Nación?
Pienso que una de las posibles causas de la proliferación e institucionalización de "la envidia" en nuestro país, se debe a la existencia de una cultura del "corto plazo". Los peruanos decimos que "somos" ganadores pero interiormente hacemos todo lo posible por obtener "falsos triunfos" por el camino mas corto (que la mayoría de veces, va de la mano con lo ilícito). No estamos acostumbrados a "ganar a largo plazo". Siempre buscamos el atajo. Somos "corto-plazistas". Y ese "corto-plazismo" ha sido incentivado durante siglos por sucesivos gobiernos y por grupos de poder, siendo "el rentismo" una de sus más clásicas prácticas (Se invierte 1 para obtener 1,000, en un año, pero obviamente, con el favor político del poder de turno). No hemos sido capaces de obtener importanes logros "con vocación nacional" a "largo plazo", salvo algunas actividades con valor agregado, como la gastronomía peruana que es producto de un largo proceso pluricultural de varios siglos, así como la actual y eficiente producción de pisco, espárrago, y algunos otros productos no tradicionales.
Los peruanos no podemos mostrar al mundo, ningún éxito en lo político o social, ya que ningún proceso de ese tipo, ha durado lo suficiente como para ver sus resultados y, tampoco hemos aprendido de los errores en el camino. Sin embargo, actualmente algunos expertos (yo no lo soy), dicen que la economía peruana ha mejorado porque se han mantenido invariables las políticas económicas de mercado desde los años noventa. Otros expertos señalan que solo el 30% de la población puede gozar de esa mejora. Veremos pues, con el tiempo, quienes tuvieron la razón.
En fin, creo que en vez de ser "envidiosos", debemos aprender del éxito de los demás. Ya que, el éxito (cuando es lícito), es producto de varios años (incluso generaciones) de esfuerzos, aprendizajes errores, sacrificios, etc., que a los exitosos les costó entender y realizar. Los políticos tienen una gran responsabilidad en la tarea de hacer y ejecutar políticas sociales que fomenten la competitividad de los ciudadanos con "igualdad de oportunidades" y que sean sostenidas en el tiempo. Una política pública del "reconocimiento" que premie y no castigue al ciudadano existoso (En ese sentido debo felicitar a la ONG "Ciudadanos al Día", institución privada sin fines de lucro que premia anualmente a lo mejor de la administración pública del Perú, para más información ver: http://www.ciudadanosaldia.org/).
Por favor políticos del Perú: ¡no generemos mas envidiosos!. Cuando se abusa del poder económico y político (del gobierno o partido político que sea), o se dejan de aplicar políticas económicas y sociales sensatas, justas y realistas, se están dando las condiciones para perpetuar esa enfermedad social de los peruanos llamada "envidia", que genera lo que algunos denominan "resentidos sociales". Rompamos el circulo vicioso. Librémonos de esa "tara" mental. Todos podemos ser exitosos si nos lo proponemos, y el Estado debe garantizar a "todos los peruanos", el acceso igualitario a una buena educación y formación profesional, madre de todas las oportunidades. Hay que forjar el perfil del "nuevo peruano": Competitivo. Responsable. Creativo. Respetuoso de las normas. Incorruptible. Solidario. Pero sobre todo paciente, ya que los logros llegan como producto de un complejo proceso que solo puede realizarse en el tiempo. No la "paciencia del fracaso" sino la paciencia que se requiere para obtener el éxito, como producto final de un camino lleno de esfuerzos y sacrificios, es decir: "la paciencia del éxito".
Ojoavizor

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"El Manantial" de Ayn Rand.

Ojoavizor dijo...

Gracias Anónimo por tu recomendación de leer a la controversial Ayn Rand.
Conseguiré pronto el libro, aunque ya ví la película,("The Fountainhead" de King Vindor, que se basó en dicha novela).
Comparto con Rand la importancia del esfuerzo individual, la originalidad (frente a la imposición de ideas por parte del Estado, o de prejuicios o determinadas normas sociales, que en la mayoría de los casos premian la mediocridad y castigan la creatividad y la innovación).
Sin embargo, no comparto (pero respeto y tolero), el individualismo de Rand sin solidaridad o altruismo, y menos aún su agnostismo, por mi propia experiencia personal que vierto en éste blog.

Ojoavizor

Anónimo dijo...

Hace muchos años que no siento envidia de nada y nadie. Ha sido uno de los pocos logros internos que he tenido.

A sentido inverso, siento admiración y orgullo por las grandezas y éxitos ajenos. Ellos van desde la inteligencia ajena, el dinero que alguien gane honestamente, la hermosa y perturbadora mujer que cualquier otro hombre pueda tener y yo no.

Ya no siento envidia, si no -repito- admiración. También pienso cómo llegar a ser así. La mezquindad debe convertise en delito.

En el Perú la proliferación de la envidia y resentimientos se debe a la falta de una "cultura del éxito y la competencia".

Comparto la idea según la cual
hay una inhibición en los peruanos que se da en todos los campos. El peruano carece de entusiasmo. Somos un país que carece de entusiasmos. Nuestros entusiasmos son totalmente pasajeros, y muy inmediatamente seguidos del desaliento, de una falta de continuidad.

POR ESO, HAGAMOS EL ESCAPE A LA SENSATEZ, TRANSFORMEMOS ESE SER SOCIAL EN ALGUIEN COMPETITIVO, SOLIDARIO Y GENEROSO.

ASI ES OJOAVIZOR, VAYAMOS A LA REDENCIÓN.

abrazo,

Prometeo descarriado

Ojoavizor dijo...

Te felicito Prometeo, sigue en ese camino que llegarás muy lejos en tu vida espiritual.

Ojoavzior