viernes, 8 de agosto de 2008

La antorcha de la vida

Hoy día mi esposa despertó muy temprano a toda la familia, para observar la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing. Estaba muy emocionada, y yo, feliz de verla tan feliz, ya que es muy difícil verla feliz todos los días, no por falta de amor sino por exceso de dolor. Por esos dolores del alma, que algunos seres humanos cargan, inexplicablemente, en la espalda. Mis hijos, como siempre dándonos exceso de amor, miraban inquietos en la televisión, a esa gran masa de seres humanos en el "stadium", vitoreando a deportistas del mundo entero con banderas de todos los colores, música de todos los ritmos y sonidos, fuegos artificiales, y en suma, una gran alegría por doquier. Era como si todos los países se hubieran puesto de acuerdo para ser felices al mismo tiempo. Fue allí cuando empecé a fabular.
Imagine que tomaba la palabra un hombrecillo con túnica blanca, con rostro de abuelito, y con una mirada que emanaba una profunda sabiduría. Era un viejito cordial, parecido al famoso "Joda" de la taquillera película de ciencia ficción "Stars Wars", que frente a miles de personas, decía en tono suave y pacífico, el siguiente discurso:
"Conciudadanos del mundo, quiero aprovechar esta magnífica oportunidad, para comunicarles que en los últimos 10 años, la humanidad ha reducido la pobreza en un 90%. Esto ha sido posible, gracias a la renuncia voluntaria de nuestros hermanos de las grandes corporaciones empresariales que fabricaban armas en el pasado, y que actualmente, canalizan sus recursos al desarrollo y distribución mundial del "maná", alimento elaborado con insumos orgánicos provenientes de todos los continentes. Asimismo, agradecer a los magníficos laboratorios farmacológicos e institutos de investigación médica, por haber puesto en los últimos 100 años, todos sus conocimientos y descubrimientos al servicio y alcance de la población mundial, pudiendo ahora felizmente anunciar, que el índice de mortalidad infantil y adulta por enfermedades conocidas y desconocidas, ha descendido en un 80%. Asimismo, no puedo dejar de mencionar el gran renunciamiento de nuestros amigos de la industria petro-química, por haber comprendido y renunciado, hace 60 años, al uso de componentes químicos nocivos a la naturaleza humana y al medio ambiente, que ha permitido que el día de hoy, podamos decir con alegría, que los niveles de calentamiento global en la tierra, se han reducido al mínimo, garantizándonos un consumo de aire y agua pura, para las próximas 50 generaciones. Por eso, al habernos convertido en un planeta limpio, con calidad de vida, salud y alimentación garantizada, el "Consejo Mundial de Representantes", está en condiciones, una vez más, de reunirnos, como lo hacemos cada cuatro años, para celebrar y practicar con agradecimiento y alegría, una de las máximas expresiones del ser humano: el deporte, y mostrar a las generaciones venideras, que sí es posible convivir en paz, sin pobreza, sin envidias, sin maldad, sin mentiras y sin codicia; siempre y cuando mantengamos encendido el fuego de "la antorcha de la vida" que todos llevamos dentro, y que siempre iluminará nuestro camino. Por eso declaro con alegría, inauguradas las Olimpiadas de Utopía 3,048."
Estaba disfrutando tanto ese momento, sintiéndome un espectador de ese maravilloso "nido" olímpico que ha construido China, cuando de pronto, recordé los gritos de los tibetanos y la matanza de la "Plaza de Tiananmen", sin entender cómo era posible que tanta belleza pueda coexistir con tanto dolor. Fue allí, cuando comprendí que mi esposa, a pesar de su cotidiano dolor, había recogido por unos minutos la "antorcha de la vida" y ninguna de sus lágrimas lograban apagarla.
Ojoavizor

6 comentarios:

· dijo...

la diferencia con tu anonimato y de algún modo el mío también (en este otro blog)es que lo que hacemos es escribir con ganas, con la idea de arrancarle una sonrisa a alguien, talvez, un suspiro o un sentimiento de nostalgia.

El anonimato al que me referí en ese post fue a otro, a uno destructivo, ensañado con situaciones pasadas, resentido por cosas que pasaron con otros y que empezaron a lanzarlas en mi blog cuando yo estaba absolutamente ajena a todo eso.

El tema es que pasado el shock inicial y el enojo de los primeros mensajes anónimos opté por tomármelo en broma y escribir eso y hacer un blog inutil para anónimos. Desde entonces no molestaron más.

Saludos y gracias por tu visita al otro blog.

francisca de la torre dijo...

gracias por tu visita

Anónimo dijo...

OJOAVIZOR:
HE LEIDO TU BLOG CON CUIDADO Y DEBO DECIRTE QUE ESCRIBES MUY BONITO. ES VARIADO Y ACERTADO.
ME GUSTO MUCHO "LA ANTORCHA DE LA VIDA". EN ESTOS TIEMPOS SE HA PERDIDO EL SENTIDO Y EL SENTIMIENTO DE LAS OLIMPIADAS. ES MAS UN MEDIO PARA CONQUISTAR AUSPICIADORES QUE PARA CONQUISTARSE A SI MISMOS. PERO ME PARECE QUE TODAVIA LA MAYORIA SON DE AQUELLOS DEPORTISTAS QUE SI NACIERON CON EL VERDADERO SENTIR DE LO QUE SIGNIFICA LA DISCIPLINA, EL ESFUERZO Y LA LIBERTAD.
SI TAN SOLO ESE SENTIMIENTO PUDIESE ESTAR EN LOS OTROS ASPECTOS DE NUESTRAS VIDAS...
LAS OLIMPIADAS ES EL UNICO MOMENTO QUE YA QUEDA EN QUE LA HUMANIDAD SE JUNTA PARA CELEBRAR EL ESPIRITU.
CON RESPECTO A TU ESPOSA, SI LA EMOCIONA ES PORQUE TOCA SU SENSIBILIDAD. TAL VEZ PORQUE ESE ES EL MUNDO QUE SOÑO.
CON RESPECTO A LAS PERSONAS QUE CARGAMOS DOLORES EN EL ALMA, LO UNICO QUE TE PODRIA DECIR ES QUE SI ESTAN EN EL ALMA NO SON INEXPLICABLES.
HASTA PRONTO.

Ojoavizor dijo...

Gracias anónimo(a), por tu comentario. Sólo las personas que sufren un dolor en el alma, pueden explicarlo. Los que estamos en su entorno sólo nos queda darles todo nuestro amor.

Ojoavizor

José Miguel dijo...

Lo inexplicable es por qué a una persona que no ha hecho nada malo le tocan dolores angustiosos del alma.
Con respecto al tema de esas Olimpíadas futuristas, parece tan sencillo al plasmarlo en un supuesto discurso que casi parece imposible que no lo estemos haciendo ya.
Un abrazo!

Ojoavizor dijo...

Buda decía que la vida misma es sufrimiento, y Cristo prometió a los que sufren, el reino de los cielos.
El dolor en la gente inocente y buena, como mi esposa y como millones de personas que sufren así, siempre será inexplicable para mí. Pero tengo que aceptar que es parte de nuestra condición humana. Estimo que esa aceptación es necesaria para el crecimiento espiritual.

Gracias por tu comentario, José.

Ojoavizor